𝟗𝐭𝐡 𝐦𝐨𝐧𝐭𝐡

598 95 0
                                    

◡◠◡◠◡◠◡◠◡◠◡☻ 𝐳𝐡𝐚𝐧𝐠 𝐡𝐚𝐨 ☻◡◠◡◠◡◠◡◠◡◠◡

Por más que deseaba enfocarme en la pantalla frente a mi cuerpo, mi mente solo podía pensar en Weichen. Estando en el noveno y último mes del embarazo obviamente iba a estar nervioso. En en cualquier momento al bebé se le apetecería nacer y yo no estaba lo suficientemente preparado.

Podía sentir a Hanbin tocando mis cabellos con suma lentitud, sus toques eran suaves y delicados, simplemente encantadores. Él tenía la mirada hacia el televisor, pero sabía que estaba igual de nervioso que yo, los pequeños temblores en su cuerpo me lo confirmaban.

─ Bin... ─llamé pero él no respondía.─ Binnie...

Sacudí mi mano frente a su rostro hasta que finalmente reaccionó, haciéndome respirar más tranquilo. Parecía estar ido en sus pensamientos, me daba curiosidad.

─ ¿Qué pasó? ─dijo parpadeando por unos segundos antes de mirarme nuevamente.

Tenía una sonrisa débil y la preocupación en su mirada. Sin contar las bolsas debajo de sus ojos debido a la falta de sueño, él parecía más nervioso que yo a este punto.

─ ¿Estás bien? ─él asintió un poco dudoso, lo conocía a la perfección como para saber que no estaba del todo bien.

─ Solo pensaba un poco. ─su voz era suave, sabía que lo hacía para no preocuparme, pero no podía esconder lo que sentía del todo.

Busqué su mano libre desde mi posición y la tomé dejando pequeñas caricias entre sus dedos. Quería hacerle saber que no debería de reprimir lo que sentía, yo lo escucharía.

─ Sé que estás nervioso, Hanbin. ─dije y él apagó la televisión frente a nosotros para darme toda su atención.

Me removí en mi lugar para poder verlo mejor; estando con el cuerpo sobre el sofá y la cabeza sobre su regazo era algo incómodo poder ver bien su rostro con facilidad, y al parecer él se dio cuenta. Se acomodó un poco de forma que ahora me miraba fijamente, notando sus hermosos ojos marrones.

─ Avísame de cualquier dolor que sientas. ─soltó en medio del silencio.

─ ¡Ay! ¡Me duele!

Hanbin saltó en su sitio y yo quise reír al ver su rostro. Él quería matarme con la mirada. Solo le sonreí antes de que rodara los ojos suspirando.

─ No juegues así, me vas a asustar.

─ Descuida, no te preocupes.

El silencio volvió a caer en la habitación. Ambos pensábamos, ambos solo teníamos en mente a Weichen. Suspiré un poco pesado hasta que volví a ver su rostro notando su mirada analizadora.

─ Hanbin...

─ Amor... ─me interrumpió.─ ¿Estás seguro que no falta nada para el bebé, verdad?

─ Todo lo anotado en la lista ya lo compramos, no falta nada. ─tan pronto como escuchó mis palabras, su respiración volvió a la normalidad.

─ Perdón por sobrepensar las cosas, pero quiero que todo salga bien. ─comentó evitando mirarme, ya que tenía las mejillas rojas. Sabía que él se sentía así ya que era el más ilusionado con todo esto.─ Jamás pensé que ser padre era tan agotador.

─ Ya no pienses en eso. ─le dije dando un besito rápido en su palma; tenía que calmarse o yo me pondría peor.─ Mejor hablemos de nosotros.

─ ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué te amo mucho y que haría cualquier cosa por ti? ─amaba su sonrisa, amaba cuando sus ojos se achicaban haciéndolo ver más tierno, lo amaba a él.

─ Tengo que confesar que hay un chico que me hechizó. ─ante mis palabras pude ver como me miraba fijamente.

─ ¿De verdad? ¿Se puede saber quién es ese chico? ─lentamente fue acercándose hasta mi rostro, encontrándose ahora sobre mis labios.

Me miró con ojos suaves antes de iniciar un delicado beso que deseaba que fuera eterno. El sabor de sus labios era mi debilidad, su textura tierna cual durazno solo me enloquecía cada vez más. Era adicto a Sung Hanbin.

Al separarse del beso, tomó mis manos y las entrelazó con las suyas sin dejar de mirarme, haciéndome sonreír de amor.

─ Volví a caer en el embrujo infinito.

Hanbin empezó a reír contagiándome su risa, hasta que de repente sentí un pequeño dolor extraño sobre mi vientre que empezó a incomodarme.

─ ¿Hao? ─preguntó dejando de reír al oír mi corto quejido. No quería preocuparlo, no era muy fuerte.─ ¿Pasa algo?

─ Me duele un poquito...

─ No juegues, Hao... ─dijo algo nervioso y yo negué.

─ Esto es de verdad, no es fuerte pero si se siente un poco.

─ ¿Quieres que llame a la...? ─sabía a lo que se refería, por lo que inmediatamente lo detuve.

─ No, aún no. ─intenté acomodarme sobre el sofá, pero él tomó mis hombros antes de moverme.

─ Deberías ir a descansar a la habitación. ─no iba a negarme, la verdad lo necesitaba. Y tampoco era como si pudiera negarme, él era muy terco.

─ ¿Me llevas? ─hice algunos gestos que solo lo hicieron sonreír antes de tomarme entre sus brazos y alzarme caminando con dirección a la habitación. Me sentía como una princesa.

Mientras me llevaba, sentí los dolorcitos otra vez que me hacían suspirar algo incómodo. Era algo que no podía describir, pero que sinceramente poco a poco iban aumentando.

─ Cualquier cosa gritas. ─dijo dejándome sobre el suave colchón, cubriéndome con una manta y apagando las luces.

Iba a retirarse, hasta que lo atraje hasta mis labios, dejando un pequeño pero sonoro beso en sus mejillas, dejándolo con una gran sonrisa en su rostro.

─ Te pusiste rojo. ─comentó y yo toqué mis mejillas sintiéndolas calientes. ¿No podía dejar de sonrojarme cada vez que le daba un beso?─ Ahora estás más rojo.

─ Si sigues hablando te golpearé con la cafetera.

─ Tan dulce como siempre. ─su ironía me hizo reír viendo como cerraba la puerta.─ Dulce siesta.

◡◠◡◠◡◠◡◠◡◠◡☻◡◠◡◠◡◠◡◠◡◠◡

𝐖𝐄𝐈𝐂𝐇𝐄𝐍 ⩴ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora