Golpe Final JINX (Kim Dan x Joo Jaekyung)

capítulo 1: Cuando la fuerza no es suficiente, hasta el más duro colapsa

 El hombre ingresó a la enfermería del estadio con la cara cubierta de sangre, los miembros de su equipo lo venían cargando de los brazos y piernas, lo subieron a la camilla con cuidado aunque este no parecía estar consiente de lo que sucedía a su alrededor. Entró la enfermera y al mirar al hombre de gran tamaño sobre la camilla no se pudo ni imaginar que tan grande tuvo que ser su contrincante para dejarlo en ese estado, si ya de por si este hombre era enorme y fuerte. La enfermera empezó por limpiar con gasas sus heridas pero al poco a poco el hombre recuperar sus sentidos empezó a negarse a recibir ayuda.

—Alguien que lo detenga, no puedo ayudarlo si sigue moviéndose—gritó la enfermera.

En ese momento entró a la enfermería el entrenador del boxeador. No podía creer que su discípulo se encontrara tan lastimado.

—Oh...—intentó hablar pero no consiguió decir nada.

—¿Qué dices Jaek?—preguntó su entrenador.

—LLAMEN A KIM DAN—gritó el hombre en camilla de la nada.

* * * * *

Kim Dan se había quedado dormido sobre la tumba en la cual estaban enterrados su padre y su madre. El cementerio a esas horas de la noche estaba desolado, él era el único en ese punto del lugar, el vigilante no lo hubiera dejado entrar solo a no ser que le dijera que era su cumpleaños y que su único deseo era partir su pastel junto a sus padres. Había batallado para que su abuela le dijera en donde estaban enterrados, ya hacía años que no iba y Dan solo fue una vez cuando era muy pequeño. Luego de partir su pastel y comerlo, estuvo un rato hablando con ellos hasta que sin darse cuenta se había quedado dormido. Si no fue porque el señor Jaekyung le había comprado un suéter ya estaría enfermo para ese punto de la noche. Se arregló el cabello, recogió las sobras del pastel y antes de retirarse dijo:

—Adiós papás.

* * * * *

—Dan no contesta—le dijo su entrenador Joo Jaekyung—pero deja que la enfermera te ayude...

—Dije que no—gritó Jaek—el único que puede atenderme es Dan, llámenlo ahora.

—Dan no es enfermero ni médico general.

—No me importa, llámenlo ya...

En ese momento, la entrada de Kim Dan en la enfermería provocó un silencio incómodo casi eterno dentro del lugar. Jaek y Dan se miraron el uno al otro, este se levantó a duras penas de la camilla y se dirigió hasta la puerta, se apoyó del marco y dijo:

—salgan todos—dijo sin más—tengo que hablar con Dan.

—Pero...

—DIJE QUE SALGAN TODOS.

A pesar del grito, todos salieron poco a poco y lentamente de la enfermería. Ya estando solos, Jaek cerró la puerta y volvió a la camilla y se sentó.

—Ven por favor...

Kim Dan obedeció a la petición de Jaek y se sentó a su lado. Dan se sintió asustado, no había visto en todo el año a Jaek de tal estado de vulnerabilidad.

—señor yo...

—No digas nada Dan, no es necesario, creo que ya te hecho el suficiente daño como para culparte también por esto.

—No, señor Joo, yo...

—Creo que ya es momento de que te hablé de donde viene esta maldición...