Cap. 12

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I'm good, yeah, I'm feelin' alright
Baby, I'ma have the best fuckin' night of my life
And wherever it takes me, I'm down for the ride
Baby, don't you know I'm good? Yeah, I'm feelin' alright

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Cinco años después...

— ¿Lo mismo de siempre? — preguntó con tono aburrido el chico de cabellera larga, mientras sus manos se enfocaban en sostener una libreta y un plumón, en dónde anotaba todo lo que la chica pedía.

— Así es, Dee — sonrió Lif, mientras posaba su mentón en la palma de su mano. Con la punta de su pie daba pequeños golpecitos a la base que sostenía la mesa que estaba utilizando — ¿Qué otra cosa podría pedirle al mejor barista de este café?

El más alto rodó los ojos, y se burló de las palabras de la chica, con una sonrisa bastante divertida.

— ¿No tenías clases hoy, Lif? — preguntó suavemente Dee, dudoso ante la presencia de la pelinegra en aquél sitio, un lunes a las siete de la mañana.

— Sí, por supuesto. Pero decidí endulzar mi paladar antes — se encogió de hombros la muchacha, mientras de su bolso sacaba un paquete de galletas que comería con el café que había pedido.

Dee asintió, y sin decir nada más se marchó a la cocina, a preparar el pedido. Saludó no demasiado enérgico a algunos compañeros, luego tomó la taza y vertió en ella algo de café, luego tomó la leche batida y comenzó a mezclarla con el café, hasta el punto en que la espuma comenzó a crear una figura en la bebida, que Dee poco a poco fué moldeando.

Al tener el preparado listo, posó la taza en un pequeño plato que servía como base. Dejó algo de azúcar adicional y un pequeño papel que se sostenía de un palito, con el logo del cafetín. Luego de todo eso, finalmente lo llevó a la mesa de su amiga.

— Disfrútalo — mencionó, al dejar la taza sobre la mesa. Lif, sonriente, decidió tomarla y abrir el paquete de galletas, para luego sacar una y remojarla en el café.

— Gracias, Dee.

Entonces el rubio decidió sentarse frente a la muchacha, haciéndole compañía. Esta le ofreció una galleta, y él simplemente la tomó, dando las gracias a su vez.

— ¿Cómo está Heavy? — preguntó Lif, mientras sorbía algo de café. Dee simplemente se encogió de hombros, y observó un momento la galleta entre sus dedos.

— Está bien, supongo...

—Eso no sonó muy convincente. ¿Discutieron de nuevo? — entrecerró los ojos la pelinegra, cansada del mismo asunto.

— ¡Está enojado sólamente porque no le llevé las flores que le gustan! ¡Yo qué carajos iba a saber que le gustaban las putas margaritas! — exclamó finalmente el rubio, mientras apretaba la galleta en su mano, triturándola y convirtiéndola en migajas.

Lif simplemente observó perpleja la reacción del chico rubio. Aunque después simplemente rió un poco, y le explicó la situación.

— Tal vez está haciéndote las cosas difíciles, Dee. Sabes por dónde llega el orgullo de Heavy, no caerá tan fácil — mencionó, con una voz bastante suave.

Dee sonrió con amargura y sarcasmo.

— ¿Cinco años seguidos haciéndome todo difícil? ¡¿Es necesario que tenga cinco malditos años lamiéndole los zapatos?! — volvió a enojarse Dee.

Orientación Sexual [Deavy]. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora