Se pasó una mano por el pelo y se acostó despeinado. Eso era bueno. Cuanto más despeinado se acostaba, mejor desordenado amanecía su rojo cabello; lo único que debía hacer era peinarlo hacia arriba y estaba concluido.
No había cerrado los ojos cuando el teléfono sonó. Atendió rápido.
– Hola, Aziraphale– dijo antes de que el ángel hablara.
– Hola, Crowley ¿Ya te habías dormido?
– No, acabo de acostarme ¿Hoy terminarás la historia de ayer?
Aziraphale titubeó sorprendido.
– Si así lo quieres– dijo finalmente.
– Sí– dijo él simplemente y acomodó las sábanas a su alrededor.
– Aquí lo tengo ¿Ya empiezo?
– Sí– dijo Crowley y acomodó su cabeza en la almohada, dispuesto a cerrar los ojos mientras escuchaba a Aziraphale leer.
– ¿Sabes? – dijo Aziraphale y se oyó cómo cerraba el libro y lo apoyaba en la mesa– Anoche estuve pensando y me di cuenta de que hace ya casi dos semanas que no nos vemos... Y últimamente nos habíamos estado viendo a diario.
– Entonces anoche no dormiste, ¿eh?
– No... ¿Por qué crees que sea? Además de que rechazaste mis últimas dos invitaciones a comer y ya no fuiste más a alimentar a los patos.
– He estado ocupado.
– ¿Haciendo qué?
– Cosas que a tu bando no le incumben... Y durmiendo.
Aziraphale sonrió.
– ¿Dormiste anoche? – preguntó.
– Ni te imaginas– dijo de buen humor. – Compensó por completo el desvelo de la noche anterior.
– Me alegra oír eso.
– ¿Leerás entonces?
– Sí– dijo Aziraphale y Crowley escuchó cómo volvía a agarrar el libro y buscaba la página.
– ¿En qué capítulo quedamos?
– Seis– respondió Aziraphale.
– ¿Y cuántos capítulos son?
– Catorce y el epílogo.
– ¿Crees que lleguemos a terminarlo antes del lunes?
– ¿Tienes prisa?
– No– se apuró a decir–, sólo preguntaba.
– Creo que sí llegamos antes del lunes– respondió finalmente Aziraphale.
Crowley se acomodó sonriente en su cama y sostuvo el teléfono en sus manos.
– Empieza– pidió y cerró los ojos. Aziraphale empezó.
Fue distinto. Crowley lo interrumpía, ambos opinaban, discutían lo que pasaba. Hasta que Aziraphale vio hacia afuera y se dio cuenta de que empezaba a amanecer. Se lo dijo a Crowley.
– Termina el capítulo, no interrumpiré.
Aziraphale leyó sin apurarse y cuando terminó se hizo un silencio.
– No dormiste– notó Aziraphale.
– Dormiré después.
– ¿No tienes trabajo que hacer?
– Dormiré después– repitió Crowley.
– Buenas noch- buenos días, Crowley– se corrigió.
– Ten un buen día, ángel– respondió y se tardó tres segundos en cortar.
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Y aquí me retiro, bajo la promesa devolver muy pronto.
Vamos, que sólo quedan 23 días!
Everyday it's a getting closer <3
Gracias por leer :)
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Phone call - Ineffable Husbands
FanfictionUn ángel, un demonio, dos teléfonos, un tiempo sin verse y varias cosas sin decir. //No es la primera cosa que escribo sobre ellos, pero sí la mejor que he hecho (dentro de lo malo que eso puede ser) y la primera en hacerse pública. Todos los dere...