¡Todos los one shots son de The walking dead!
°lectora x personaje°
°contenido explícito; drogas, alcohol, lenguaje sexual, actos sexuales°
{en pausa por un tiempo, la autora quizás vuelva dentro de un tiempo, ya que está ocupada con otros proyecto...
-Eres demasiado lenta para entender las cosas, bonita.
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Termine de acomodarme el incómodo vestido ajustado al cuerpo. Me mire frente al espejo más cercano, observando mi curvilíneo cuerpo envuelto en la tela negra y corta.
Suspire.
Salí del cuarto encontrándome con Negan, junto a él su bate.
Me arme de valor para caminar hacia el, quien por el estruendoso sonido de mis tacos contra el piso, volteo enseguida para darme una mirada de arriba a abajo, para nada disimulada y deteniéndose en mis más pronunciadas curvas.
Sentí mis mejillas calentarse y mi cuerpo chispotear por dentro.
-Meli, preciosa. Te estaba esperando..- escuché su voz varonil y ronca, mientras su sonrisa se acomodaba en sus labios.
Movió un tanto sus hombros, quedando en su postura más común.
-Hola.- hable llegando al frente de el. -¿Puedo hablar un momento contigo?-
-Claro que si. ¿Que necesitas, nena?- Rasque mi nuca nerviosa, no sabía muy bien por dónde empezar. Y, a decir verdad, todo me parecía verdaderamente confuso.
-Sere directa, Negan. No quiero ser más tu esposa.- y mentiría si dijera que mi voz no tembló mientras hablaba.
Vi los siguientes movimientos de Negan. Su sonrisa se contuvo en su rostro, mientras el camino hacia el sillón más cercano de la sala. Se acomodo, para después hacerme señas de que me sentará al frente suyo.
Camine con las piernas como gelatinas, llegué a su lado y me senté en el sofá.
Baje mis rostro, escondiéndome bajo mi cabello castaño.
-¿Por qué está decisión tan repentina?- lo ví acomodar su espalda por completo hacia el sofá negro, mirandome con detalle.
-Por que siento que todo es una estupidez. Solo formo parte de un círculo de mujeres que cumplen una misma tarea, servirte. Y yo, sinceramente, no estoy para eso.- aclare tratando de sonar lo más convincente y segura posible.
Observe su rostro tratando de descifrar alguna mueca de enojo o pesadez por su parte. Pero su sonrisa de idiota seguía tatuada en sus labios.
Y vaya que me gustaba esa maldita sonrisa..
-¿Por qué siento que no estás siendo sincera?- trague en seco.
-No tengo por qué mentir.-
-¿No te sientes cómoda?-
-No, Negan. Solo no quiero formar parte del montón, ¿Lo entiendes?-
Y por fin levanté mi rostro, pudiendo hacer contacto visual con el hombre enfrente mío. Que al escuchar mis palabras, se impulso del asiento, quedando sentado más cerca de mi rostro.
