Carl Grimes - (scars)

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°Cicatrices °

-No dejes que tu brillo se apague.

Me debatí mentalmente por unos largos segundos

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Me debatí mentalmente por unos largos segundos. El cuerpo me tembló por completo.

Aún no entendía del todo el por qué de mis nervios. Pero cualquiera entendería el enojo de una persona tras perder una parte de tu cuerpo.

Cuando por fin me decidí, rode la manilla de la puerta blanca y me adentre a la habitación de Carl.

Al ingresar, ví al castaño con un dardo en su mano, y agradecí a dios que el elemento no cayera en mi rostro o cuerpo.

Su expresión fue totalmente amarga, sin ninguna pizca de querer tenerme allí.

-Hola..-

Camine con lentitud hacia el, cerrando la puerta a mis espaldas.

Espere respuesta por su parte, pero solo oí un suspiro. Después solo siguió en su entretención con los dardos.

-Carl, estoy aquí.- hable una vez llegué a su lado.

-No te pedí que vinieras.- su voz me llegó tan fuerte, que me dolió oírlo. Era con desprecio y totalmente fría.

-Solo quiero acompañarte.- hable bajo. -No puedo decir que entiendo lo que sientes ahora, por qué no lo sé. Solo se que estás pasando por un mal momento y quier..-

-No, Ruby. No necesito de tu lastima ni tu ayuda. ¿Asi que mejor por qué no te vas detrás de ardillas y mapaches? No te quiero aquí.- lo mire estática. Sus ojos ni siquiera se dignaron a mirarme, solo se mantuvo tirando los dardos por doquier, con rabia.

-¿Por qué tienes que ser así? Solo quiero ayudarte.-

-Deberias irte.-

Su ojo llego a mi rostro, se veía enojado.

Me acerque a su cuerpo y con nervios pose una de mis manos en su mejilla, el trato de quitarse, y termino haciéndolo una vez que deje mis intentos por tocarlo.

-Todos tenemos aún que sea una cicatriz, Carl. Pero no por eso perderemos nuestra escencia, no puedes perderte a ti mismo.- bajo su rostro, escondiendo su parche que descansaba en su ojo. -Sigues siendo tu, sigues siendo un guerrero, sigues siendo perfecto, no te puedo decir que todo seguirá siendo igual, perdiste un ojo, pero no tienes que darte por vencido. Tampoco tienes que alejarte de los que te aman, no tienes que encerrarte y ponerte un escudo, no te serviría. Todos estamos para ti, queremos ayudarte, que te sientas bien contigo mismo.- a esa medida de tiempo, mis ojos ya estaban acuosos, tenía ganas de llorar, ganas de lanzarme y abrazarlo, sacarle las lágrimas y que fuera el mismo Carl feliz de siempre, ese que me enamoro. -hemos pasado por demasiado, muchas cosas, perdidas y sufrimiento. Así que te pediré, por favor, por lo que más quieras, que no te des por vencido, por qué yo no podría sin ti, y creo tu padre tampoco. Lo veo todos los días y creeme que le preocupa demasiado tu estado. Por favor, Carl. Habla conmigo, confía en mí.- una lágrima grotesca cayó por mi mejilla, Carl por fin me miró, con su ojo lloroso y totalmente acorralado por la vergüenza y tristeza.

No aguante y lo envolví por los hombros en un abrazo reconfortante. Lo apegue a mi, deseando quitarle todo, las penas, el sufrimiento, la angustia, la desesperación, la perdida, la desolación. Quería verlo sonreir, extrañaba verla feliz.

-Sigues siendo Carl, el lindo y guerrero que me ah salvado la vida millones de veces, ese que es capaz de hacerte sonreír con sus ojitos.- rei bajo, el me aprisionó en sus brazos, escondiendo su rostro en mi cuello.
-Con o sin un ojo, eres hermoso, aún que pasen mil cosas, jamás dejaré de verte como alguien perfecto y brillante. No dejes que tu brillo se apague.-

Poco a poco sentí mi piel y ropa mojarse un poco. Le mire el rostro y pude ver sus lágrimas salir. Estaba llorando frente a mi, como una pequeña criatura en desolación.

-Gracias, Ruby. De verdad.- su voz rota me hizo temblar. -Te quiero, demasiado. Perdon por...ignorarte y alejarte de mi. No fue mi intención, solo no quería que me vieras así.-

-Carl, eres hermoso. Me seguirás gustando siempre, bonito.-

Sonrío de una manera que me hizo estallar de emoción. Me acerque con cuidado para alcanzar su labios con los míos.

Lo bese cortamente, ganandome otra sonrisa de su parte.

-¿Te puedo contar algo?- el me miró, aprobando.

Me separé de su cuerpo tras dar un suspiro vago.

Lleve mis manos a el término de mi camiseta. Con los dedos nerviosos, al igual que mi cuerpo, quite la ropa de arriba con lentitud. Mis mejillas se calentaron mientras sentía la mirada del castaño sobre mi cuerpo.

Lleve mis manos al extremo del sostén, levantandolo un poco por el lado de las costillas.

Allí, tenía una gran marca, de unos 6 centímetros aproximadamente. Estaba regenerada, con piel nueva.

-¿Ves esto? Me lo hice al inicio de todo. Me encontré con un grupo que me torturó a mi y a mis padres, me hicieron está marca, estaban locos.- sentí los dedos de Carl pasar por mi piel de las costillas de arriba. me estremecí un instante. Con lentitud desabroché mi pantalón, aún con nervios. Los baje a mitad de muslo, dejando a la vista una marca más grande en mi pelvis.

-Pelee y grite, tratando de escapar y para callarme, me torturaron con golpes y cortes muy profundos.- Una vez quede expuesta, subí mis ojos a los de Carl. Sus dedos recorrieron mis cicatrices.

-Eres hermosa. Nunca me di cuenta de tus marcas..-

Sentí mi rostro arder aún más. Sonreí con un poco de vergüenza. Después se acercó a mi y beso mi frente con cuidado.

-No tienes por qué ocultarlo, yo no tuve por qué hacerlo, pero no ví el por qué de mostrarlas, ahora solo quise hablarte de ellas.- apunte su ojo vendado. -Ya es parte de ti, y eres muy lindo de todos modos.-

Me acerque besando sus labios con cariño, transmitiendo la paz y tranquilidad.

El me tomo con cuidado de la cintura, atrayendome a el.

Los nervios me inundaron una vez que mis senos quedaron pegados a su pecho. Tenía solo la ropa interior tapándome. Al igual que mis piernas. Al separarme de su boca, busque mi camisa para vestirme, comenzando a abrochar mis pantalones.

-¿Para que te vistes?- un mar de nervios me arrasó, mire al ojiazul al frente mío, con una enorme sonrisa.

-Y-yo.. su-

Los toques en la puerta nos despertó a ambos. Me termine de vestir con mi camisa que estaba a un lado de la cama.

Oi el suspiro de Carl mientras caminaba a la puerta. De lejos ví que era su padre, quien le sonrió y pregunto si podía sacarlo tras verme a mi en el cuarto del adolescente.

-Claro. Después vengo.- me despedí de ambos, bajo la ansiosa mirada de Carl.

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One Shots° (The walking dead)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora