¡Todos los one shots son de The walking dead!
°lectora x personaje°
°contenido explícito; drogas, alcohol, lenguaje sexual, actos sexuales°
{en pausa por un tiempo, la autora quizás vuelva dentro de un tiempo, ya que está ocupada con otros proyecto...
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Lleve a Glenn, quien estaba enojado hacia la casa que nos habría tocado. Aprovechando que Rick y Daryl intervinieron en el problema y que el asiático ya habría dado su versión de la historia.
-Trata de calmarte.- hable dejándolo sentado en el sofá, estaba enfadado. Son muy pocas las veces que Glenn se enoja. -Ten.- le extendí un vaso con agua, lo acepto dándome una sonrisa amable.
-Nunca pensé que recién llegando ya tendría problemas.- me sentí culpable, me gane a su lado en el sofá.
-No es tu culpa, Glenn. Aiden es muy estresante, aparte de irrespetuoso.-
-No debía tocarte de esa manera.- Lo mire culpable, sus ojos aún ardían en enojo.
-Lo siento. Quizás debería haberme quedado aquí, solo moleste allí.-
-¿Bromeas?-
Se inclino hacia mi, dejando el vaso de agua en la mesa de centro. Tomo mis manos con cuidado.
Sentí una descarga eléctrica en mi espalda mientras sus dedos acariciaban mis manos.
-Sabes que no eres de molestia, eres astuta cuando se trata del exterior. Ahora, ¿Por qué te disculpas?-
-Fue mi culpa que pelearas con Aiden, por una parte.-
-El no debería por qué hacerte tocado, no tenia el por qué de hacerlo. Tu no tienes la culpa de nada, Emily. Un hombre no tiene por qué tocar a una mujer sin su consentimiento, ¿Entiendes?-
Asentí lentamente. Glenn tomo mi barbilla, dejando mis ojos sobre los suyos.
Le sonreí abiertamente. Baje mi mirada a sus labios, tenía cierta curiosidad, desde hace tiempo por probarlos. Quería saber a qué sabían, como sería por fin besarlo y tenerlo cerca. El bajo a los míos al igual, lleve una de mis manos a su nuca acercándolo a mi rostro.
Di un pequeño suspiro antes de dejar todo el miedo atrás. Me acerque rompiendo la poca distancia que quedaba entre nosotros, besando sus labios con delicadeza y calma. Quería disfrutar al máximo ese momento, que seguramente no volvería a repetirse.
El me recibió tranquilo, tomando mi mejilla con cuidado.
Una vez nos faltó el aire, nos separamos.
Juntamos nuestras frentes, sonriendo como dos adolescentes drogados.
Me deje llevar cuando sus labios volvieron a los míos, con entusiasmo. Su mano me tomo por el cuello de atrás, acercándome por completo a él. Me deje llevar demasiado cuando sentí su otra mano en mis caderas, tirándome hacia el.
Me subí con cuidado y lentitud a su regazo, palpando el lugar para no incomodarlo. Pero Glenn me recibió con gusto, paseando sus manos temerosas por mi espalda, bajando lentamente hacia mis glúteos.
Me separé mordiendo su labio inferior con delicadeza. Le sonreí juntando mi frente con la suya.
-¿Que estamos haciendo?- escuché un jadeo salir de Glenn cuando me moví sobre el acomodándome más cerca.
-Dejándonos llevar, supongo.- me límite a acercarme a su cuello, humedecí mis labios para comenzar a dejar besos constantes en la zona.
-Nos pueden ver, Emily. No quiero incomodarte tampoco.- hablo con la respiración agitada. Quitó sus manos de mi cuerpo.
-No me importa si nos llegan a ver. Ahora, yo decido estar contigo, Glenn, confío en ti.- mire el rostro del asiático. Le sonreí con picardía. -A menos que tú no quier..-
-¡Si quiero!- rei bajo ante su expresión. Sus mejillas se encendieron, mostrando su rostro un tanto avergonzado.
-Entonces déjate llevar.-
Me senté completamente con calma en su entrepierna. Comencé succionando su cuello con lentitud, pase mi lengua por el lugar, llegando a su oreja. Con mis manos desabroche su camisa, sin apuros la quite pasando mis manos por su tonificado torso.
Poco a poco note como su respiración se agitaba, a la vez que comenzaba a desabrochar sus pantalones.
Sus manos frenéticas y nerviosas subieron a mi blusa, la quito para pasar sus ojos en mis pechos, se dió el tiempo de quitar mi sujetador para acercarse a mis senos y morder mis pezones. Me arque sobre el, moviendo mis caderas distraídamente, escuché un jadeo por su parte mientras pasaba mis manos cautelosas por encima de su boxer.
Su lengua recorrió el contorno de mi pezón, para atraparlo con fuerza entre sus dientes y tirarlo. Me estremecí en la sensación. Desabroche mis propios pantalones bajando los solo para dejar libre mi entrepierna. El me tomo por los muslos, acercándome nuevamente a su cuerpo, me movió de forma rápida sobre su punto, permitiendome sentir su rigidez bajo mi humedad.
A esas alturas ya estábamos sudorosos, con las respiraciónes agitadas y los cuerpos en llamas.
Quite su boxer para dejar su extremidad al aire. Rígido y duro me roce contra el para sacarle un gruñido bajo.
No aguante mucho más para posicionar su longitud y ganarme sobre ella, dejándome caer con tranquilidad, sintiendo como me llenaba por completo, impregnandose en mi.
Lo oí acelerado, solté un gemido alto y me apoye en su hombro, sintiéndome completa, llena, segura.
Me abrazo por la cintura, moviendome con calma en su regazo, permitiendome sentirlo en cada rincón de mi estrechez, permitiendome disfrutarlo por completo.
Me levanto por las caderas, para dejarse hundir nuevamente en mi interior, di un grito aferrandome en sus hombros.
Lleve mis labios a su cuello y mis dedos a su cabello, me entretuve mientras el se concentraba en los movimientos constantes y placenteros de nuestros cuerpos.
Me concentre en notar como nos complementamos, el uno en el otro, como nos fundimos en un silencio totalmente cómodo para ambos. Viendo cómo la confianza nos ayudaba a hacer de nuestro espacio algo íntimo y placentero.
Se hundió en mi otra vez. Sentí mi cuerpo calentarse y mi abdomen comprimirse. Oi sus gruñidos y jadeos en mi oído y me estremecí, por qué hubiera dado todo por oírlo hacer esos sonidos que me llenaban y perdían por completo, y ahora que los tenia me sentía en las nubes, cegada.
Mordí su piel callando mis gemidos. Sentí sus dedos enterrarse en la piel de mis caderas. Comencé con saltos duros sobre el, con su ayuda, tomándome por el trasero para impulsar mis movimientos.
-Estoy cerca.-
Lo deje resbalarse con más fuerza y brutalidad. Mi cabello se pegó a mi frente sudorosa.
Me arque dando indicio a qué mi cuerpo estaba por estallar. Noté su boca en mi clavícula, mordiendo mi piel sensible. Me libere entre sus brazos, apretándome contra el para venirme. Suspire agitada, mi cuerpo entero se pudo relajar, mis músculos destensar ante el descanso físico.
Glenn salió de mi antes de correrse sobre una de mis piernas, justo en mi muslo. Lo oí gruñir una última vez, deleitándome con ese sonido.
-Mierda..- susurré, sujetándome por sus hombros para poder mirarlo de frente. Vi su sonrisa natural, sus dedos quitar mis cabellos desordenados del rostro, observando cada detalle de mi cara.
-¿Que somos?- resopló, su cara entera estaba sería, esperando una respuesta sin presión de mi parte.
-Mas que amigos. De seguro.- ambos sonreímos, fundiendonos en un beso rítmico y completo.
