Capítulo 20

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Esa noche tuvimos otra discusión, una peor de las que que ya habíamos tenido antes, una discusión en la que dije algo de lo que después estaría sumamente arrepentido.

- No sé por qué te enojas si al final del día tu y yo no somos nada. Te dije que te daría una oportunidad pero jamás acepté una relación seria contigo...


Esas malditas palabras fueron lo que terminó por destruir lo nuestro, lo que acabó rompiendo tu corazón y tus ganas de seguir conmigo. Como era de esperarse me echaste de tu casa y me dijiste que no querías volver a verme y menos después de que haya jugado con tus sentimientos, y claro, te entiendo, yo también me odiaría a mí mismo después de eso... Lástima que la aprobación de mi familia me tenía cegado y no me dí cuenta de lo que realmente me importaba.

Esa noche llamé a Stan para pedirle vernos en su casa porque necesitaba hablar con él y aceptó. Estuvimos a solas en su cuarto hablando sobre nuestros problemas personales: él me contó que Wendy terminó con él por sus problemas con el alcohol y yo me desahogué por mis problemas contigo. Entre suspiros, palabras de ánimos y lágrimas compartidas ambos tomamos una de las peores decisiones de nuestra vida: irnos a vivir juntos y tener una relación para tratar de olvidar a nuestras ex parejas. Sí, suena bastante estúpido pero se nos hizo fácil tomar esa decisión por mera impulsividad, más porque Stan había estado trabajando en la granja de su padre desde los catorce años y ahora que había conseguido dinero para comprar un auto usado y alquilar un departamento pequeño a las afueras de Colorado estaba decidido a huir de ese lugar para siempre. De todos modos él me dijo que estaría trabajando a medio tiempo como guardia de seguridad mientras siguiera con sus estudios así que no tendría nada de que preocuparme, después de todo yo también estaría trabajando.

Antes de comenzar a empacar mis cosas llevé a Stan con mi familia para presentarlo como mi pareja y darles la noticia de nuestra decisión de vivir juntos. Extrañamente mi mamá parecía más complacida con mi relación con Stan y como en ese momento le tomaba más importancia de la que debería a las opiniones de mi familia me sentí más aliviado sabiendo que aceptaban nuestra relación.

Pasamos casi una semana y media empacando nuestras cosas para la mudanza, fué cansado pero al menos ya estábamos juntos y las cosas irían mejor en esta nueva relación, o al menos era lo que ingenuamente creí. Como si de una especie de maldición se tratara esa misma semana comencé a sentir constantes dolores de cabeza, un cansancio fuera de lo normal y ganas de vomitar. Pedí un descanso en mi trabajo y luego de pasar casi un día entero en el hospital pude saber la causa de estos malestares.

Ese día Stan fué a buscarme después de salir del trabajo para llevarme de regreso a casa, fué durante el trayecto cuando aproveché para contarle lo que me habían dicho en el hospital.

- Tenías razón...

- ¿Qué? - Stan me miró de reojo sin entender nada - ¿de que hablas.

- Lo que suponías era cierto. Me hicieron una prueba de sangre y... Descubrí que la razón por la que me he estado sintiendo mal esta semana es porque estoy esperando un hijo de Eric...




























































































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