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Lunes, martes, miércoles, jueves, ¿viernes? ¿no era hoy sábado? ¿día de descanso? No, es viernes y hay entrenamiento a las 6:00pm. Raro, le resulta raro entrenar a esa hora, siempre cambian los horarios, no tiene idea si tenga algo que ver con el rendimiento físico o algo así, pero se acostumbrará. Volviendo a lo anterior, ¡¿como que hoy no es sábado?! Se la pasa contando los días para que llegue el único en el que puede descansar, se queda tumbado en su cama hasta que su estómago ruja o hasta que esté a punto de mear sus colchas, una de dos. No es que no le guste entrenar, claro que si, al lado de Messi quien no quisiera entrenar, es solo que su pequeño cuerpo no aguanta tanto ejercicio, realmente está sorprendido que nunca se ha desmayado mientras va tras el balón, y espera que nunca le suceda, no, no, no, seria una vergüenza, tanta que el mismo se encerraría en esa estupida bodega.

Pero daba igual como se encontrara su cuerpo, tenía que ir si o si, no había opción, al menos podía seguir durmiendo hasta esa hora. —Mierda —O tal vez no ahora que su vejiga pide vaciarse y el sueño se le ha ido por completo. —Me lleva la que me trajo... —Terminó por levantarse de su cómoda cama, literalmente acababa de encontrar la posición perfecta para dormir, pero esa estupida notificación de que se movía la hora del entreno lo despertó. Al menos fue eso y no otra cosa, esta totalmente agradecido con el club por darle una habitación individual y no tener que compartir. Recuerda que antes se despertaba a la mitad de la noche porque su compañero no podía dormir con la luz apagada, o el ruido que hacían las camas si te movías demasiado, nunca descansaba bien.

Al igual que ya no comer esa asquerosa avena, el club le ha proporcionado una dieta que según la nutricionista, muy exigente por cierto, debe seguir al pie de la letra, aunque algunas veces se come un dulce solo para imaginársela con la cara roja como tomate por no hacerle caso. El primer día que llego ahí y tuvieron que hacerle el examen médico, ella dijo que si no conocía la carne o el pan, tuvo que reprimir sus ganas de responderle con alguna palabrota, desde ahí no le agrada.

Sin muchas ganas de salir de su habitación y arrastrando los pies fue hasta el comedor. Había montones de niños de todas las edades sentados, corriendo de un lado otro con su ropa de entreno o materiales de la escuela. ¿Así de pequeño se veía el? No, probablemente el ni se veía de lo diminuto que era y es.

La comida no es de lo mejor, salmón con arroz, verduras y algo de fruta, siempre le costaba terminar todo lo que había su plato, sentía que su pequeño estómago podía reventar en cualquier momento, es algo a lo que debe de acostumbrarse pero le está costando un poco.

Uno de sus guisantes se cayó al suelo al escuchar gritar a un niño pequeño con una enorme sonrisa en el rostro y una camisa en la mano ¿acaso Messi fue a regalar camisas con su dorsal o porque se le veía tan feliz a aquel niño? si es así ¡¿porque nadie le ha dicho nada?!

—Yo que tú lo levanto, pero no te lo comas, se vuelven locas si te ven tirándola comida —un chico extrañamente conocido se sentó a su lado con su bandeja en manos y la misma comida. —Hola —le sonrió amablemente.

Pedri seguía mirándolo extraño, analizando cada parte de su rostro tratando de recordar su nombre, porque lo conoce, lo ha visto, pero su mente esta en blanco. —¿Eric? —logra decir después de varios segundos. —¡Hostia! que si eres tú ¿que haces aquí?

—No eres el único que regresa a la vieja escuela —volvió a sonreír. Realmente se llevó una sorpresa al escuchar eso, varios canteranos salen, pero ya no regresan y mucho menos al primer equipo, es difícil, debes ser muy constante y estar comprometido al máximo para llamar la atención del mister que con mucha suerte te convoca, pero varios salen por lo mismo, no logran tener minutos y terminan en otro club donde aparentemente "les irá mejor".

A Eric se le presentó la oportunidad de irse al Manchester City en el equipo juvenil, donde después de un tiempo debutó con el primer equipo, pero siempre es bueno volver a casa ¿no? por eso ahora está aquí de nuevo, quien diría que con su antiguo compañero de habitación.

Always hate me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora