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—¡Pedroo! Que milagro, empezaba a creer que ya te habían cedido

—Lo mismo digo, ¿donde has estado? —Eric, a quien no había visto desde hace tiempo, se sentó enfrente de el con su bandeja en manos.

—Eso no importa, ¿por que no has entrenado con nosotros? —y aquí va de nuevo a humillarse... solo de recordarlo se moría de la vergüenza.

—No quieres saber —nadie lo sabía, solo el mister del primer equipo, el del B y muy desafortunadamente Gavi.

—Ya, ¿has metido una chica? porque si es así, si que quiero saber —el catalán froto sus manos ansioso por lo que sea que Pedri fuese a decir.

—Ojalá fuera eso —desearía que así fuera porque definitivamente sería menos humillante que lo que realmente sucedió, es más hasta estaría orgulloso.

—Deja de hacerte del rogar y cuéntame

Dudo unos segundos pero al final abrió la boca — El viernes estaba que me moría del aburrimiento y como el entrenamiento era hasta tarde fui a ver el partido del B... —y así fue como su necesidad de contarle a alguien término avergonzándole frente a Eric que se moría de la risa con cada cosa que decía. —...suerte tuvimos que no termino mal, pero sigo cabreado

—Ya pero ¿son amigos? ¿o que ha pasado? —¿amigos? ¿ellos? ni en sus sueños más descabellados, Pedri no iba a olvidar tan fácilmente sus crueles bromas.

—Antes muerto que amigo de ese cabron

—Dale una oportunidad, no es lo que parece

—¡Claro! No me insultó en la primera oportunidad que tuvo... —la verdad es que para Pedri, ver a Gavi justo el primer día que llegaba, lo tomo por sorpresa, en algún momento del día llego a creer que probablemente ya no estaba o no lo recordaría, pero para nada se esperaba romperle el celular y ser insultado de la peor manera posible.

Y la situación no podía ir más extraña... luego del "incidente" había una especie de tensión rara entre ellos.

Pedro no entendía nada, no sabía si habían quedado bien luego de reírse juntos por primera vez, le gustaba que no lo molestara más con sus estupidas bromas pero tampoco esperaba ser ignorado por completo. Pablo no lo miraba ni a los ojos, no se le acercaba para nada y si llegaba a hacer contacto visual con el, apartaba la mirada rápidamente.

Habían tenido ya un par de entrenamientos en los que había sido difícil convivir y trabajar en equipo porque al parecer Gavi estaba decidido a hacer como si el canario no existiese, pero aún así estaban uno al lado del otro mirando un partido en el que ambos debieron de haber sido convocados pero su castigo seguía en pie por lo que solo les quedaba mirar desde los palcos como volvían a hacerle otro gol al Barça B.

—Que mierda de partido —el castaño harto de ver cómo perdía su equipo se levantó de su asiento listo para marcharse por que seguir mirando solo iba a provocar que quisiese arrancarse los ojos.

—¿A donde vas? —Pedri curioso lo tomo por la tela de su pantalón.

—Déjame, que de no ser por ti, yo estaría ahí —y volvió el Pablo de siempre... creo que le gustaba más el callado.

—Creí que ya lo habíamos dejado pasar

—Lo has dejado tu por que para mi sigue siendo una mierda de la que no tengo culpa alguna —algo de razón había en sus palabras pero el mayor estaba seguro que también parte de eso se lo merecía.

—Vale —termino soltando la tela y devolviendo la vista al campo aunque Gavi seguía ahí.

Se quedó unos segundos parado mirando al suelo antes de regresar a su siento. No dijieron nada mas, solo esperaron en silencio a que la derrota terminara.

Always hate me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora