20 de abril del 2015

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Sé que han pasado nueve días y que no he escrito nada, pero creerme cuando os digo que tengo una buena razón para no haberla hecho. A grandes rasgos la razón por la cual no he escrito nada es que casi soy asesinada por un extraterrestre, pero como uso este diario para desahogarme, decirlo así como que no me ayuda mucho la verdad. Así que...allá voy con la historia.

Todo empezó...digamos que bien... teniendo en cuenta, claro está, que estaba en una cita con un chico que no me gusta. Todo fue bien durante la cena, hablamos de todo un poco, me lo pasé muy bien y sobretodo... ¡La comida estaba deliciosa! No sé qué le pusieron a esos espaguetis pero estaban para chuparse los dedos. Cuando acabamos decidimos dar un paseo por la mini plaza del pueblo, sí, mini, si fuera como las plazas de las ciudades no habría espacio para nada más... Bueno puede que esté exagerando pero Ketterman es un pueblo tan pequeño que casi todos se conocen entre sí. A esas horas de la noche, no había mucha gente en la calle, ¡Y por mucha gente me refiero a ni un alma! Da igual... el tema es que cuando nos íbamos a sentar en un banco para hablar más tranquilamente, unas manos me cogieron por los hombros, y otro par de manos por los pies. Lo hicieron tan rápidamente que cuando me quise dar cuento ya me tenían bien agarrada. Mientras forcejeaba para que me dejaran vi que otros dos hombres habían empezado a pegar a Blake, tengo que decir que al principio me sorprendió cómo esquivaba los golpes y también cómo lanzaba bolas de luz a sus agresores. ¡Qué bien! Otro Luxen... No parecía un Luxen, ya que después de usar el truquito de la bola de luz unas cuantas veces, se veía muy cansado y... ¡Salió corriendo hacia yo que sé dónde y me dejó sola con los cuatro hombres, el muy cabrón! Al ver que se iba, los dos hombres decidieron dejarlo escapar y se giraron hacia donde yo seguía forcejeando con los otros dos. De repente uno de los dos que tenía delante empezó a desvanecerse hasta que se convirtió en uno cúmulo de sombras con forma humana. En ese preciso instante supe que los que tenía delante de mí y los que me sujetaban con tanta fuerza que dolía, no eran unos simples agresores... Eran Arums. Reuní toda la fuerza que puede y me sorprendí cuando hice que el que me agarraba por los hombros cayera al suelo y que el que me agarraba por los pies también se cayera (sujetándome aun) por culpa de la falta de fuerza de su compañero. Me levanté rápidamente del suelo y corrí todo lo rápido que pude pero, como me imaginaba, eran mucho más rápidos que yo y no llevaba ni diez metros que uno ya me tenía acorralada debajo de su cuerpo, en el suelo. Empezó a decir "¿Dónde están?" muchas veces y cuando le decía que no sabía de lo que me estaba hablando, me daba un o puñetazo o un rodillazo, o un codazo...De repente se cansó de hacerme la misma pregunta una y otro vez sin obtener ningún tipo de resultado que puso sus ásperas y frías manos en mi cuello y empezó a apretar tan fuerte que a los cinco segundos ya estaba medio inconsciente por la falta de oxígeno. Lo último que vi antes de desmayarme fue una gran i luminosa luz con forma humana que se acercaba rápidamente a los Arum y a mí.

Odio tener que dejar, otra vez, la historia a medias, pero es que están llamando a la puesta de mi habitación, y creo que es Daemon así que adiós.

Mi Diario, Propiedad de Katy SwartzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora