My best friend, my world

11: Jungkook

Mi mejor amigo es gay y está enamorado de mí.

Y quiere que lo entienda e ignore ese hecho ¿Cómo demonios se supone que voy a hacer eso?

Anoche fue raro, pero luego no lo fue. Dormimos en la misma cama, como siempre, pero mi mente estaba acelerada. No sé cómo no lo supe. Cómo no lo vi. Tiene sentido, ahora que lo sé.

Él siempre odiaba que yo tratara de emparejarlo con chicas. Era casi como si le causara dolor, no sólo le molestara. Y ahora, sé que es porque estaba guardando este enorme secreto para sí mismo.

Me gustaría poder decir que entiendo por qué lo hizo y que no estoy herido, pero lo estoy. Jin es la mejor persona que conozco. Sólo quiero que sea feliz. No me importa si es gay. Odio que haya pensado que podría hacerlo. Que cualquier cosa pudiera hacerme cambiar de opinión sobre él.

Me tumbo en su cama y él sacude la cabeza con cariño, se quita la gruesa chaqueta de cuadros y la deja en la silla del escritorio antes de posarse a mi lado. Hoy ha trabajado, cortando madera, y yo me he ido a casa un rato. Pero ahora que ha terminado, aquí es donde quiero estar.

Mañana tenemos colegio, pero hay tantas cosas que quiero preguntarle antes de que tengamos que enfrentarnos a los demás.

Porque las cosas han cambiado.

No, no lo veo diferente en ningún sentido negativo. En absoluto. Pero me ha ocultado esto, y necesito saber más. Necesito que sepa que puede contarme cualquier cosa.

—¿Qué tipo de chicos te gustan?

Gira la cabeza para mirarme, con los ojos muy abiertos. —¿Qué?

Ruedo hacia mi lado, mirándolo de frente. —Ya me has oído. ¿Qué tipo de chico es el tuyo? Quiero decir, sabemos que mi tipo de chica parece ser rubia y perra.

Suelta una risa corta y algo confusa y me mira con desconfianza. —Pensé que íbamos a dejar esto.

—No.— Sacudo la cabeza. —Quiero decir, dejé que te salieras con la tuya anoche porque me pilló desprevenido, pero soy tu mejor amigo. Esto es parte de ti. No voy a enterrarlo, y tú tampoco deberías.

Permanece tumbado de espaldas con la cabeza girada en mi dirección.

—Kook, no puedo...— Suspira profundamente, luego mira lejos de mí y hacia el techo. —Esto no puede salir a la luz. No cuando todavía estoy en la escuela y todavía atrapado aquí.

Sus palabras hacen que me duela el pecho con una sensación horrible, pero empiezo a entender mejor por qué cree que tiene que irse.

Kensley es un pueblo pequeño y creo que nunca he conocido a nadie que fuera gay. Al menos, nadie que haya salido del armario. He oído estupideces sobre la gente gay toda mi vida, y me enferma darme cuenta de que él también lo ha hecho.

Mierda, probablemente ha escuchado eso de la boca de mi padre.

—Yo no soy así—. Tengo que decirlo porque se me revuelve el estómago de dolor, al pensar que él cree que yo podría ser así. Nunca pensé que esa mierda estuviera bien, pero creo que ahora que sé que Jin es gay, lo odio aún más.

No sé si está bien admitirlo o no, pero es cierto. No dice nada, lo que sólo hace que mis nervios se disparen más.

—Sabes que no lo soy, ¿verdad?

Se gira para mirarme de nuevo, con los ojos llenos de preocupación.

—Sólo quiero enterrarlo, Kook. No puedo hablar de esto.

—Sí. Puedes—. Necesito que lo sepa. —Puedes hablar conmigo de cualquier cosa. Quiero que lo hagas. Ahora dime qué tipo de chicos te gustan. ¿Altos? Tienen que ser altos, ¿no?

Me estudia detenidamente, rodando hacia un lado y metiendo las manos bajo la cabeza. —¿Hablas en serio?

—Totalmente. Has tenido que escucharme hablar de tetas durante años. Si hubiera sabido que te gustaban las pollas en lugar de las tetas, quizá me habría callado. Pero probablemente no. Así que tienes que compensar un montón de conversaciones sobre pollas.

Su boca está abierta ahora mismo, y me preocupa estar jodiendo esto. Sólo quiero que sepa que estoy bien con esto. Que no hay ninguna diferencia para mí. Puede sentirse atraído por quien quiera.

Lo de estar enamorado de mí es una cosa completamente diferente con la que aún no estoy preparado para lidiar, y creo que él tampoco lo está.

¿Pero que sea gay?

Sí. Puedo manejar esto.

—No voy a hablarte de pollas—, dice lentamente.

Me encojo de hombros. —Bueno, puedes. Realmente puedes. Puedes contarme cualquier cosa. ¿Y lo de la altura? ¿Importa eso?

—¿De verdad estamos teniendo esta conversación?— Parece completamente sorprendido, y me doy una patada de nuevo por ser un amigo de mierda. Debería saber que no hay nada de lo que no pueda hablar conmigo.

—Sí. Quiero hacerlo. Puedes hablar conmigo.

—¿Sobre cuál es mi tipo?— Sus cejas se juntan.

—Sí—, vuelvo a decir. —Puedo hablar de estas cosas. No es gran cosa—. Y no parece que lo sea. En realidad no lo es. Seguimos siendo las mismas personas, y diablos, tal vez ahora consiga que realmente hable de sexo y cosas, en lugar de limitarse a gruñir sus respuestas.

Sacude la cabeza, pero sonríe, así que es uncomienzo.

—No estaré hablando de mi tipo. Ni siquiera sé realmente cuál es—. Observo cómo se traga sus sentimientos y luego sonríe un poco más. —Pero gracias.

—No ocultes nada, no de mí.

—De acuerdo—. Lo dice en voz muy baja.

—Lo digo en serio, Jinnie. Nada. No me ocultes nada nunca más. Puedes hablar conmigo, y más vale que lo hagas.

—De acuerdo, Kook. Te lo prometo.

Lo estudio detenidamente, asegurándome de que sabe lo mucho que quiero decir. Cuando estoy satisfecho, me tumbo de espaldas y me siento bien con eso.

—Bien. Ahora hablemos de pollas.

Me golpea con una almohada en la cara y ambos nos reímos.

Y de nuevo, las cosas se sienten bien en el mundo porque Jin es feliz.