My best friend, my world

12: Jin

—¿Qué pasa con Chris?— Me giro para mirar a Jungkook con confusión porque no tengo ni idea de qué demonios está hablando. Esta noche hemos ganado el partido, pero ha estado muy cerca. Muy reñido.

Y no era un partido en casa, así que ya es tarde cuando nos dirigimos a la fiesta. Mi madre está en casa con Lucy pero tengo que llegar pronto a casa. Opto por un refresco en lugar de alcohol, pero mi amigo seguro que no.

Lleva una hora bebiendo cerveza, y su brazo está colgado sobre mi hombro.

—Chris ¿Cómo se llama? Ummm...— Está pensando mucho. —Combs. Eso es. Ese tipo.

—¿Qué pasa con él?— Es tranquilo, muy inteligente, y no viene a fiestas como ésta ni a nada que tenga que ver con la escuela. Pero eso es todo lo que sé de él.

Se inclina hacia mi oído, susurrando en voz baja, a pesar de que sólo estamos sentados en el portón trasero en este momento, lejos de cualquier otra persona en la fiesta.

—¿Es tu tipo?

Oh, Dios mío. Me paso una mano por la cara, demasiado cansado para esta mierda.

—No vamos a hablar de eso. Ya te lo he dicho.

—Jiiiinnie—, gime, y me rio, a pesar de mí mismo, porque es jodidamente ridículo.

—Kooook—, me burlo, y él me da un codazo en el hombro con el suyo.

—¿Es tu tipo? Es guapo, ¿verdad?

Pienso en Chris. Es uno de los chicos más pequeños de nuestra clase, con pelo rubio y ojos azules. Un rostro clásicamente guapo. Pero nunca he pensado en él de esa manera, y no diría que es mi tipo.

—Ni siquiera sabes si es gay.

—Quiero decir...

Probablemente está a punto de decir algo ofensivo, y le tapo la boca preventivamente.

—No. No puedes suponer nada. Sobre nadie—. Retiro la mano y parece que se lo piensa.

—De acuerdo, aunque tal vez lo sea. Pero no importa si lo es o no. ¿Es tu tipo?

—¿Por qué te importa tanto?— Tengo que preguntarlo porque nunca vi venir nuestra conversación de la semana pasada, cuando me preguntó por mi tipo y luego me dijo que podíamos hablar de pollas.

Como. Nunca.

Pero parecía estar totalmente de acuerdo con ello. Y fue entonces cuando me sentí como un imbécil porque debería haberlo sabido.

Jungkook es muchas cosas, pero odioso no es una de ellas. Debería haber sabido que no le habría importado. Pero parece que ambos hemos barrido muy convenientemente la otra parte de mi confesión bajo la alfombra. Que esté enamorado de él, no ha vuelto a surgir, y me alegro. Pero es otra razón por la que no puedo hablar de mi tipo.

Porque la verdad es que tengo un tipo y sólo un tipo, Jeon Jungkook.

Y eso no va a suceder.

—No. Él no es mi tipo. Ahora, por favor, déjalo.

Hace un mohín, y odio que lo encuentre adorable. Con un fuerte y profundo suspiro, hace lo que le pido y bebe un trago de su cerveza. Más o menos.

—¿Pero entiendes que puedes hablarme de ello? Por ejemplo, si ves a un chico bueno, puedes darme un codazo y decírmelo, ya sabes.

No puedo evitar la carcajada que sale de mi boca mientras me giro para mirar sus ojos serios.

—Sí, lo sé. Y gracias. Significa mucho, pero no quiero seguir teniendo esta conversación, ¿okey? Por favor.

—De acuerdo.

—¿Hablaste con Kennedy esta semana?— Él no la ha mencionado, y yo no he sacado el tema. Pero me he preguntado si realmente han roto. No parece posible ya que han estado juntos durante tanto tiempo.

—No. Me envió algunas miradas de muerte, pero eso es todo. Y estoy jodidamente contento.

Parece sincero en su declaración de que ha terminado.

—Si tú lo dices.

Me sonríe. —Eso digo—. Mira a algunos de los chicos del fútbol que están bailando alrededor del fuego y haciendo el ridículo. Jungkook parece estar a punto de unirse a ellos.

—¿Crees que llegaremos al estatal?

Sacudo la cabeza y respondo con sinceridad. —No, no lo creo. Creo que nos quedan dos partidos más.

—El fin de una era, ¿eh?— Suena triste, pero estoy acostumbrado a eso de él cuando habla del fin de la escuela.

—Sí, pero todavía tenemos béisbol.

—¡Oh, mierda, sí!—, dice emocionado, y yo me rio de su entusiasmo. —Me había olvidado del béisbol.

Vuelvo a reírme, sintiéndome más ligero que en mucho tiempo. La verdad ha salido a la luz con mi mejor amigo, por lo menos, y parece estar totalmente de acuerdo con ello.

Demonios, tal vez incluso demasiado bien, ya que no deja de hacerme preguntas. Pero sigue siendo una sensación increíble.