Siseo al sentir el escozor del whisky en mi garganta mientras miro las llamas que parpadean en el fuego. Mi irritación aumenta con cada sorbo.
Hemos perdido. No deberíamos haber perdido, pero lo hemos hecho.
Fue un partido reñido, pero nunca debió serlo. Deberíamos haber apretado desde el primer cuarto. Pero un error tras otro nos hizo perder tres puntos. Ellos se llevaron la victoria, y nosotros nos fuimos a casa con el rabo entre las piernas.
Jungkook está bailando con Kennedy, con una cerveza en la mano y una sonrisa en la cara. No le importa nada mientras la sujeta por la cintura y canta desafinado la canción que suena en el camión de alguien.
Un parpadeo de irritación me golpea por una razón totalmente nueva cuando Kennedy se inclina y le roba los labios, susurrándole algo al oído después de que él se trague su lengua. Pero él sacude la cabeza y ella resopla con un mohín odioso.
Genial. Al final de la noche tendrán una pelea en toda regla. Estoy seguro de ello.
Pero no es mi lugar. No puedo meterme entre ellos por muchas razones. Razones que intento ahogar con el whisky, pero me aseguro de que cada sorbo sea pequeño. No puedo emborracharme, por mucho que lo desee.
¿Y si alguien me necesita?
Lo cual es totalmente posible en mi vida. Tengo el teléfono encendido, por si acaso pasa algo con mamá y necesita que cuide a Lucy. O si pasa algo con Lucy y mi madre necesita mi ayuda.
Kennedy se marcha, su amiga LeAnn justo detrás de ella, y Jungkook se ríe con Dixon y Bates, que ya están completamente borrachos. Jungkook me hace una señal para que me una a él, pero me limito a negar con la cabeza y a sostener la botella de whisky.
No me muevo.
Parece que es la primera vez que soy capaz de permanecer sentado en el mismo sitio durante más de veinte minutos en toda la maldita semana. Y a los dieciocho años, juro que mi cuerpo está cansado. Tal vez sea en realidad mi alma.
No mucho después, Jungkook aparca su enorme culo junto a mí en uno de los troncos que todos arrastramos para colocar alrededor del fuego. Toma un trago de cerveza y se queda mirando el fuego conmigo, aparentemente también traspasado por las llamas.
—¿Qué pasa con Kenn?— Tengo que preguntar, aunque en realidad no quiero saberlo. Los quiero a los dos, pero estoy cansado de escuchar sus peleas de mierda porque él no quiere ir a los bailes del colegio o porque ella no quiere salir siempre con un grupo de jugadores de fútbol. No es broma. Una vez se pelearon por lo que harían si les tocara la lotería.
Una pelea. Sobre un millón de posibilidades de que alguno de ellos gane la lotería. No se puede estar más loco que eso. Y aun así, estuvieron legítimamente enojados el uno con el otro durante dos semanas. La escuela pensó que estaban rompiendo.
Sobre. La. Lotería.
Se encoge de hombros, sin embargo, y no entra en detalles completos como lo hace normalmente.
—Nada. Siempre está enfadada por alguna razón—. Eso es extraño. No es que se peleen, sino que no quiere hablar de ello.
—¿Qué pasa, Jungkook?— Le pregunto.
Se traga otro trago de cerveza. —No lo sé. ¿Alguna vez has pensado que no encajamos bien?
Mierda, no pensé que alguna vez lo escucharía decir eso. Mi corazón hace un estúpido baile en mi pecho, que intento aplastar inmediatamente. Los dos son mis amigos.
—Son tú y Kennedy. Hace tiempo que se determinó que estarían juntos.
Levanto la botella de whisky hasta mi boca mientras él responde.

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My best friend, my world
AcakAdaptación hecha al Kookjin, pero contiene un poco de versatilidad, es el primer libro de esta serie, es por eso que lo vuelvo a publicar ya que estaré publicando el segundo y tercer libro, aunque pueden leerse por separado, es mejor seguir el hilo...