Tardamos Demasiado

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El bote, ahora vacío, era guiado por Gray que se encontraba adelante de todo con una linterna en su mano, alumbrando a cada cuerpo muerto y flotante en el agua. Ahora el lugar estaba calmado. Varios minutos habían pasado, Laxus se maldijo así mismo por haber tardado tanto. Podrían haberlo hecho con mayor rapidez.

Un brazo lo sacó de sus pensamiento. Un hombre se estaba sosteniendo del bote y respiraba con total dificultad. El pelirrubio se paró y al escuchar el ruido de chapoteo del agua, Sting y Rogue acudieron a su ayuda inmediatamente. Lo subieron al bote, era aquel músico.. . Sting se ocupó de darle unas mantas para cubrirlo rápidamente y le dio los primeros auxilios. Mientras lo asistía, Laxus, Rogue y Gray siguieron buscando a su alrededor a posibles sobrevivientes. Siguieron buscando a Natsu y Erza.

Gray: ¿Ven algún movimiento?

Rogue: Nadie se mueve —contestó.

Gray: ¡Revísenlos a todos!

Laxus: Están muertos —dijo después de haber visto como uno de los hombres que trató de correr del camino con sus pertenencias estaba completamente congelado.

Gray: Cuidado con los remos.. no los golpeen —seguía alumbrando con esperanza de poder encontrar a alguien más — ¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ CON VIDA?! ¡¿PUEDEN ESCUCHARME?!

Rogue gachó la cabeza al ver a una mujer congelada con un bebé en sus brazos. Ganas de llorar invadieron al joven al darse cuenta de tantas vidas perdidas, tantas vidas malgastadas. Todo a causa de la estúpida negligencia de oficiales que no pudieron darse cuenta de que el barco se dirigía completamente de frente contra un enorme iceberg.

Gray: ¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ CON VIDA?! —insistió. Los ojos del joven no podían evitar el llanto, sin embargo ningún otro sonido que no sea pedir por alguien vivo salía de su boca.

Laxus estaba mitad en el bote y mitad fuera de él. Se agachaba para sostener y verificarse que ninguno de esos cuerpos tenía vida. Varios rostros conocidos de la tercera clase que recordaba sonrientes en fiestas de noches pasadas, ahora se encontraban congelados en el océano y ¿qué había podido hacer él para ayudar? Completamente nada. Con suerte salió vivo de aquella situación. La siguiente persona que divisó fue una niña con un chaleco salvavidas puesto, su cara demostraba terror. Su cabello estaba congelado. Los dientes de Laxus se apretaron y la soltó despacio en el agua. Una amarga sensación recorrió su boca con un sabor amargo. Le dieron ganas de vomitar pero se contuvo y siguió revisando los cuerpos.

En cuanto Sting terminó de ayudar al hombre que estaba inconsciente pero incapaz de moverse por el frío, retomó su lugar en el bote y empezó a remar con un remo de cada lado para que pudieran avanzar despacio pero ligeramente. Tantas personas sin vida a su alrededor. Era algo que no le desearía ni a su peor enemigo

Gray: Tardamos demasiado.. —dijo al ver a una anciana, abrazando a un hombre de su misma edad. Se mordió el labio inferior y se aguantó las lagrimas. Observó que Rogue estaba inmóvil, y como un gesto casi irreconocible en él, le gritó —¡Sigue revisándolos! ¡Sigue buscando a alguien vivo! —el rubio asintió rápidamente —¿¡ALGUIEN PUEDE ESCUCHARME?!.

[.....]

Erza se encontraba acostada boca arriba sobre la puerta que empezaba a flotar con dificultad en el agua. Su mano derecha aun sostenía la de Natsu que se había quedado en silencio después de un rato. Los ojos de la pelirroja estaban perdidos en las estrellas. No había luces, no había ruidos, si no se encontraran moribundos en el medio del océano, el momento hubiese sido perfecto.

Erza: Las islas del sur.. son Hermosas —cantaba tartamudeando y casi en un susurro la pelirroja mientras miraba las estrellas, que parecían moverse, titilar, jugar con su mente —Sus paisajes....Tan hermosos como... —su voz había disminuido, hablar le dolía, respirar le dolía, no había olvidado la promesa que le había hecho al pelirrosa momentos atrás, pero en verdad deseaba fuertemente el poder estar muerta y no veía ninguna salida a toda esta situación. Si seguía así, no aguantaría ni siquiera una hora más, moriría —Las islas del Caribe.. son frías..

Oyó un ruido viniendo de su derecha y giró la cabeza en dirección a ese lugar lentamente y con un poco de dificultad. Una luz alumbraba su rostro blanco, casi espectral, sus labios estaban hinchados y de color violeta. Su pelo congelado, sus ropas igual. ¿Qué era esa luz? ¿Había muerto? ¿Estaba entrando al paraíso? No.. claro que no. Era mucho mejor que eso. La luz provenía de una linterna.

Después de que sus ojos se acostumbraran a la luz que en ciertos momento le daba en los ojos, pudo darse cuenta de que la linterna era manejada por un oficial. ¿Un oficial? Quizá era un hombre cualquiera, eso no le importaba demasiado. Lo importante era que el hombre estaba en un bote. Tal y como Natsu le había predicho. Habían vuelto. Habían regresado por ellos.

El bote, parecía vacío. ¿No habían sacado a nadie mas del agua? ¿Todos habían muerto? Erza no lo sabía y todavía no sabía si estaba preparada para enterarse de entre cuantos cadáveres congelados se encontraba. Los remos se movían lentamente, el bote se acercaba despacio. ¿O era ella la que imaginaba que el bote no avanzaba? Que estaban lejos, que no iban a rescatarlos.

—¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ CON VIDA?!

Erza sintió como si un rayo de esperanza le hubiese apretujado el corazón y haberlo obligado a latir normalmente otra vez. Una sonrisa salió desde las comisuras de sus labios. Suspiró aliviada, aunque todavía no estaba en aquel bote, sabía que solamente era cuestión de tiempo.

—¡¿ALGUIEN ME OYE?!

Erza: Natsu—susurró y trató de darse vuelta, y aunque lo logró con dificultad sintió su cuerpo pesado y completamente mojado —Natsu.. —volvió a llamarlo, esta vez moviendo un poco su mano que apretaba la suya con fuerza —¿Natsu?.. —la pelirroja insistió, el mencionado permanecía con los ojos cerrados, parecía estar en paz. ¿Respiraba o no lo hacía? ¿Seguía vivo? —¡Natsu! —se sintió inquieta, no podía ver ni escuchar alguna reacción que demostraba algún tipo designo vital del chico y se le hizo un nudo en la garganta —¡Natsu!.

TITANICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora