Carpathia

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Erza: Natsu —movía las muñecas de Natsu con desesperación —¡Natsu! ¡Natsu! —el chico no contestaba, Erza guardó silencio durante unos cuantos segundos, una lagrima rodó por su mejilla —Natsu.. —su voz se quebró, todo su cuerpo se endureció, ¿había muerto? —Hay un bote, .. hay un bote —sintió su corazón resquebrajándose de a poco en su interior — hay un bote...Natsu.

Gray: ¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ CON VIDA?! — hacia un gran eco sobre el océano calmo — ¡¿PUEDE ALGUIEN ESCUCHARME?!.

Erza: ¡Natsu! —empezó a llorar desconsoladamente —¡No! —no pudo evitar el llanto intenso, las lagrimas rodando por su cara, los leves sonidos emitidos sin querer de su garganta —¡No puedes abandonarme, maldito! —estaba gritando pero su voz sonaba igualmente muy baja a causa del frío cerrándole las cuerdas vocales —¡Prometiste que me enseñarías a montar, prometiste que iríamos a aquel muelle! —su llanto era cada vez más intenso, le gritaba con todo la fuerza que tenía al rostro con ojos cerrados del chico —.. por favor, no me dejes.. Sé que prometí que viviría, sé que lo hice, ¡pero no puedo! ¡No puedo hacerlo sin ti! —agachó su cabeza hasta chocar su frente con la del pelirrosa y rápidamente la volvió a levantar mirándolo otra vez —Despierta, despierta, despierta, ¡Despierta, maldito, despierta! —sacudió sus manos una vez más —Iremos al muelle, iremos a parques de diversiones, seremos felices. ¡Comeremos carne cada día, yo la prepararé para ti! Pero no me dejes.. no me dejes sola, no lo hagas..

Erza dejó caer su cabeza sobre la puerta. Todavía podía sentir la fría mano del pelirrosa sosteniendo la propia con fuerza, aunque ambas estaban congeladas y de un color blanco pálido.

—Erza... 

La pelirroja escuchó en su imaginación la voz del chico, se imaginó el momento en como se conocieron, aquella frase que marcó sus días desde entonces "Tú saltas, yo salto" 

Natsu: .. ¿q-qué decías s-sobre co-cocinar.. ?.

La pelirroja casi se tiró de la puerta al abrazar al pelirrosa con las pocas fuerzas que tenía.

Erza: ¡Idiota! —le gritó llorando —¡Pensé que te habías muerto!.

Natsu: No.. no lo volveré a hacer.. —rio sin haber abierto los ojos en ningún momento, pero Erza se dio cuenta de que el barco ya estaba bastante lejos y gritar no serviría de nada.

Gray: ¡¿HAY ALGUIEN AQUÍ CON VIDA?! ¡HOLA! ¡¿PUEDEN ESCUCHARME?!

Erza miró a su costado, el tipo con el silbato aun estaba ahí. Muerto, pero estaba. Como pudo, y con la mano de Natsu sujeta a ella, arrastrándolo un poco, nadó con dificultad hasta aquel hombre y le sacó el silbato de la boca, para ella hacer su trabajo. Pitar. Silbó y silbó tan fuerte y con tanto aire como pudo. Natsu parecía no darse cuenta de nada, estaba desvanecido casi y haciendo un enorme trabajo por seguir con vida, como Erza jamás había visto a alguien. Silbó más fuerte, llenando sus pulmones con todo el aire que pudo.

Gray giró instantáneamente hacia atrás, al igual de todos abordo del bote. No lograban divisar de donde provenía el ruido, ya que hacía un enorme eco.

Gray: ¡DEN LA VUELTA INMEDIATAMENTE! ¡RÁPIDO!

La luz alumbró a Erza en la cara en cuanto Gray pudo darse cuenta del lugar del que provenía el chillido.

Gray: ¡Erza! —una sonrisa sin querer salió del rostro del rubio que remó tan rápido como nunca lo había pensado, al igual que Laxus.

Al llevar el bote junto a ella, encontraron a Natsu y lo subieron inmediatamente. Los taparon con mantas, tantas mantas como tenían a bordo. Erza se acurrucó entre el pelirrosa que parecía estar al borde de la muerte. La pelirroja suspiró aliviada al verse rodeada de buenos amigos, que volvieron —estaba segura— sin dudarlo ni por un momento. Al cabo de unos minutos más, mientras veía a Sting y Rogue revisar a Natsu, quedó dormida.

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