Castigo ※╰SaneIno╮

⇨Castigo extra 3⇦

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Sanemi aún no sabía muy bien cómo decirle a Kotoha sobre su relación con Inosuke, era algo que le ponía muy incómodo y nervioso ya que nunca antes lo había hecho algo parecido, y era algo totalmente nuevo para él. Si bien antes había tenido parejas, nunca había sido un chico y menos uno menor de edad. Aunque bueno, legalmente el chico ya era mayor de edad. El cumpleaños de Inosuke ya había pasado, ya hacían dos semanas de que este cumplió la mayoría de edad y al ser mayor, las cosas se ponían un poco mejores. El chico había pasado ese día rodeado de las personas que le querían, Genya se encargo de hacer una pequeña fiesta para el chico, invitando así a los amigos de este y ellos llevaron a sus respectivos invitados especiales. El día había sido divertido, lleno de risas y comida, algo que a Inosuke le fascinaba.

Después de eso Inosuke se fue a casa debido a que debía pasar tiempo con su madre y su padrastro, ya que para el chico la familia era muy importante a pesar de que no lo hacía notar.

Soltó un suspiro cansador, debía prepararse mentalmente para hablar con la madre de su chico y pedirle su consentimiento formal

—¿Qué te tiene tan distraído?— preguntó Uzui acercándose a su amigo. —Estás como pegado.

—Debo hablar con Kotoha-san— dijo soltando un suspiro.

—Así que llego el momento— comentó observando el afligido rostro de Sanemi. —Te doy todo mi apoyo.

—¡Te irá excelente!— habló Rengoku acercándose al par. —Eres un hombre increíble.

—Apoyo— añadió Uzui.

—Gracias, supongo— se limitó a decir antes de volver a soltar otro suspiro.

—¿Vamos contigo?— sugirió Uzui con un rostro preocupado.

—¡Claro que no!— se negó rotundamente y observó a su amigo con el ceño fruncido ante tal sugerencia.

—Bueno, bueno, solo decía.

—Eso sería raro, Tengen— comentó Rengoku observando a su amigo.

—¡Sólo decía!— volvió a repetir el peliplata.

—Buenos días, chicos— saludó la mujer acercándose al trío. —¿Qué sucede?

—¡Buenos días, Kanae!— saludó Rengoku con una sonrisa.

—Buenas— respondió Uzui haciendo una seña con su mano. —Nada, solo que nuestro Sanemi pedirá la mano de su pareja y está nervioso.

—¡Uzui!— llamó a su amigo y le observó con rapidez al igual que Rengoku.

—¿Pareja?— cuestionó Kanae observando al albino. —No sabía que tenías novia, Sanemi-san.

—Bueno...— rasco su nuca un tanto nervioso y maldijo a Uzui por bocón.

—Ya sabes, no hay que mezclar el trabajo con la vida personal— soltó Rengoku levantando su dedo índice dando así más énfasis a lo que había dicho.

—Oh, tienes razón— comentó la chica con una sonrisa y observó al albino nuevamente, al parecer había llegado demasiado tarde. —Buena suerte.