Una de las leyendas más importantes de la manada Min era la que tenía de protagonista a la diosa Luna, quien, después de haber escuchado los ruegos de un pequeño pueblo de hombres con cabellos color plata y ojos color ámbar, permitió que su tierra fuese abundante tanto en cosechas como en ganado para alimentar a las próximas generaciones que lograrían llenar el pequeño pueblo de creyentes. Se les concedió todo tipo de habilidades a los hijos que llegaron tiempo después y la abundancia pronto hizo que aquel pequeño pueblo de agricultores se convirtiera en una manada lo suficientemente fuerte para competir con sus vecinos.
Con el tiempo y la llegada de nuevas leyes, creencias y tecnologías, la manada Min comenzó a ser decaer en cuanto a poder militar, pero su manada seguía siendo tan rica como se observó en un principio y sus pobladores, a pesar de ser pacíficos, seguían siendo mentes brillantes que lograban generar creaciones que ayudaran al mismo pueblo a desarrollarse. Eso, por supuesto, atrajo el interés de muchos de sus vecinos, quienes, deseosos de obtener la riqueza de la manada Min, decidieron atacarlos en varias ocasiones, siendo devastados por generaciones, debido a ello.
Los dioses, al observar que la abundancia de esa manada era la razón de sus ataques, decidieron proveer a toda la familia real de una fuerza descomunal para que fuesen capaces de defender a los suyos. Eso hizo que todos los hijos nacidos dentro de la familia real Min lo hicieran bajo el manto del dios sol, quien siempre engendró fuertes e inteligentes alfas con la capacidad de recuperar su prosperidad, pese a las guerras.
La familia real Min siempre obtuvo solo alfas entre sus filas, pero existió un pequeño regalo ofrecido por la diosa Luna para que estos pudiesen expandirse aún más: la concepción.
Pese a ser alfas, los Min (en caso de que no se enamoraran de un omega que pudiese darles un fuerte linaje), podían unirse a otros alfas y obtener los hijos que se necesitaban para encontrar la paz de la que tanto se habían vanagloriado con los años. Esta condición fue tratada como aberración en su momento, pero poco a poco fue aceptada. Con los años, sin embargo, varios extranjeros intentaron abusar de dicho milagro, por lo que empezaron a secuestrar a miembros de la realeza con el fin de obtener hijos fuertes e inteligentes como lo eran los Min. Esto hizo que una cacería hacia ellos empezara a resquebrajar la paz que se había obtenido con tanto esfuerzo, lo que obligó a que los mismos miembros de la familia real decidieran mantener en secreto de todos el don que los dioses les había obsequiado para que algo así no volviera a ocurrir.
El secreto de la fertilidad de los alfas se pasó de generación en generación, siendo solo los miembros de la familia real quienes sabían sobre ello. Estaba prohibido contárselos a gente del exterior, por muy confiable que fuesen, por lo que el secreto duró oculto durante las generaciones siguientes hasta que también se descubrió que los alfas, tras recibir una marca y las feromonas de su pareja, podían mutar a omegas, adoptando todas sus características y proporciones.
Eso pasó con el tercer heredero de la manada Min, quien, tras enamorarse de un alfa extranjero, permitió que este lo marcara como suyo y le concediera sus feromonas durante todo el tiempo de convivencia. Esto hizo que los cambios en su cuerpo comenzaran de manera inmediata hasta convertirlo en un omega con menor estatura a la de su nacimiento y con las características propias de ese género. El pueblo nunca dijo nada, pues no se les tenía permitido decir algo sobre ello, y con el tiempo fueron olvidando que Min Yoongi alguna vez fue un fuerte y apuesto alfa que parecía haber conquistado a los hijos de las familias más adineradas.
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You are not alone
Fanfiction[Omegaverse] [Don't go away #2] «Tras cumplir con el destino que los dioses profetizaron para su futuro, Jeongguk ahora tendrá que encaminar a sus dos hijos al cumplimiento de sus propios destinos, por mucho que estos no se encuentren envueltos en f...