02. El corazón del príncipe Yongshik.

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Una de las festividades más importantes de la manada Park era la que se realizaba en el mes de julio, siendo verano la temporada perfecta para que las familias aristócratas de toda la manada y los extranjeros se reunieran durante siete días en la ...

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Una de las festividades más importantes de la manada Park era la que se realizaba en el mes de julio, siendo verano la temporada perfecta para que las familias aristócratas de toda la manada y los extranjeros se reunieran durante siete días en la capital para celebrar la buena temporada de cosechas y los días calurosos brindados por los dioses. La celebración iniciaba el día quince del mes de julio y terminaba siete días después, sin importar si era un día laboral o no. Las personas se internaban en las diferentes actividades realizadas y se inscribían en los concursos que eran gestionados por los mismos reyes en el día central de la festividad. El pueblo se llenaba de extranjeros y las ventas aumentaban durante toda esa semana de fiesta, por lo que siempre se buscaba que las celebraciones se expandieran en rumores a otros lugares de la región, pues de esa manera atraían a más interesados a su festival.

La festividad, casualmente, colindaba con el aniversario de bodas de los líderes, por lo que las actividades del penúltimo día se realizaban sin la presencia de estos. Fuera de ello, todos los días siempre estaban llenos de fiesta, dejando que varios de los trabajadores públicos (que no tuvieran que tener una participación directa con algún sector importante para la gestión del festival) tomaran los días libres necesarios para que se divirtieran con sus familias. Todo era armonía durante esos días y eso invitaba a varias parejas a tomar un paseo por las concurridas calles para contagiarse un poco del ambiente festivo de la manada.

Este acontecimiento hizo que los invitados recién llegados de la manada Choi, junto a sus escoltas, decidieran tomar un corto paseo en el pueblo principal, observando las tradiciones que se desenvolvían en la manada muy de cerca. Yongshik, por ser el alfa con quienes deseaban pactar el compromiso por el bienestar del trono, se vio obligado a acompañar al hermoso omega en todo el paseo, aunque lo sintiese de manera obligada solo la primera hora de su compañía, pues tal era la química entre ambos que rápidamente lograron adaptarse al otro y disfrutaron de ese momento juntos de manera genuina.

―Las noches en la manada normalmente son frías, pero cuando es verano, no existe ningún rincón donde no se sienta el calor ―mencionó Yongshik, mientras le mostraba a su invitado las calles principales del pueblo―. Por eso, los hospedajes no dan mantas gruesas en esta época. Los extranjeros se extrañan, pero una vez que llega la noche, solo agradecen por darles cubrecamas ligeros. El calor es demasiado sofocante.

―Por eso, nos piden que mantengamos las ventanas abiertas durante toda la noche ―mencionó Youngjae―. Creí que lo hacían para ver la hermosa vista que nos otorgan los balcones de las habitaciones.

―Algo de eso también hay.

―¿Ah sí?

―Los pobladores son muy orgullosos, por eso, utilizan hasta la mínima oportunidad para mostrarle a los extranjeros lo hermoso que es el pueblo principal de noche o lo prósperos que nos encontramos actualmente. Es algo que los identifica.

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