Kevin.
— ¿De verdad tienes que ir? — preguntó Ana por enésima vez cuando vio como cerraba el cierre de mi maleta.
— Ya te dije, es un compromiso con el cual debo cumplir por que ya le había dado mi palabra a Marco. — repetí.
— Pero estoy segura de que el puede entender, digo, es que la niña no estará quieta si no te ve en no se cuantos días Kevin.
— Prometo llamar seguido durante el día, pero no puedo cancelar este viaje.
Ella suspiro y asintió resignada al ver cómo me colocaba la gorra para salir de casa.
Caminé a la salida junto a mi maleta y siendo seguido por Ana, quien seguramente estaba molesta por no haber conseguido que me quedara con ella.
Al llegar a la sala me encontré con Fátima, recién había hecho dormir a mi hija y no quería despertarla. Me sentiría inquieto por irme sin ver sus ojitos, pero le llamaría más tarde.
Solamente dejé un beso en la frente de mi pequeña y me despedí de Fátima, pues aún estaba siendo seguido por Ana hasta la salida.
El chef nos estaba esperando afuera en el auto de Marco, ya que el nos llevaría a Hurtado, Marco, el gordo y a mi al aeropuerto.
— Ve con cuidado mi amor — escuché a Ana hablar fuerte.
Como siempre, guardando las apariencias.
— Igual cuídense, les llamo luego — afirme y ella asintió.
Hurtado me ayudó a abrir la cajuela, en donde ya iban varias maletas de quienes iban al dichoso viaje.
Después me subí atrás del Jeep de mi hermano junto a Hurtado y el, pues el gordo iba adelante con el chef.
— Que onda plebes — los salude en conjunto.
El auto por fin estuvo en marcha.
— Con cuidado mi amor, ¿Por que te dice así esa mujer Castro? — comenzó el gordo a jotear, causando las risas de todos en el carro.
— Ya te andan pedaleando tu bicicleta gordo — le siguió la cura mi hermano.
— Es lo que pasa cuando una tiene por hombre a uno de los más sabrosos de todo Culiacán.
Las risas y la cura no se hicieron esperar entre toda la clica, pero todo se vio interrumpido - o al menos en mi- cuando recibí un mensaje de mi mamá.
— Verga — solté.
— ¿Que pasó? — preguntó el chef.
— Mi mamá, que me está esperando en el rancho para hablar antes de que me vaya — suspire.
— No mames KC, vamos a llegar tarde al aeropuerto— se quejó Hurtado a mi lado.
— Pues si pero es mi ama, no le puedo decir que luego hablamos.
— Aun hay tiempo, si quieres ahorita nos hallamos para allá — habló el gordo.
ESTÁS LEYENDO
𝑰 𝒏 𝒇 𝒊 𝒆 𝒍 ╔ 𝑲 𝑪 ╗
RandomUna aventura es más divertida si huele a peligro. ¿ Cuantas veces no han dicho esa frase de una conocida canción a nivel mundial?. Kevin no pensó conocer a Linda, Linda no pensó conocer a Kevin. ninguno pensó en que caerían en las garras de la lujur...