𝑰 𝒏 𝒇 𝒊 𝒆 𝒍 ╔ 𝑲 𝑪 ╗

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Tiempo después

Linda

Hoy era el día en el que viajaba para ver a Kevin, mañana sería el dichoso día del maíz y todo estaba bien. Con respecto a las fotos, sinceramente preferí no decir nada por que no quería verme como una celosa, sobre todo cuando habíamos hablado antes de todo y habíamos quedado en que no era algo tan serio.

Me despedí de mis amigas, quienes en algún momento tenían que venir conmigo. Decían que deberíamos organizar algo para Mazatlán, lo que no me disgustaba por que ya había ido una vez ahí.

Estuve en el aeropuerto por al menos una hora hasta que fue la hora de abordar, hice el check-in, después aborde el avión y no supe mucho por que me puse los audífonos para dormir un rato.

No abrí los ojos hasta que fue la hora de bajar por que había llegado, por suerte amablemente un chico me despertó por que en verdad me había quedado muy dormida.

Nuevamente hice todo el procedimiento hasta que salí de ahí, supuse que alguien más vendría por mi, pero me sorprendió cuando me encontré con Kevin recargado en otro auto.

— Hola — salude con una sonrisa, apenas dándole un pequeño abrazo por que estábamos en público

— Hola hermosa — me sonrió justo cuando nos separamos — Mira el es mi amigo el flaco.

— ¿El flaco?

— Así le decimos, me trajo porque ahorita no traigo la camioneta.

Asenti ante su explicación, después de todo ya debería ser normal para mi que entre ellos se hablen únicamente con apodos y eso.

Me presenté con el y después, subi en el asiento de atrás emprendiendo camino.

— ¿Estás cansada? — preguntó Kevin desde el asiento de copiloto, volteando a verme.

— Dormí todo el vuelo, no podría estar cansada — soltó una risa

— Ahorita voy al rancho, por si quieres venir.

— Claro, encantada de ir.

El me guiño un ojo y volteo de nuevo al camino, mientras hablaba con su amigo sobre algo que no entendía muy bien.

Al cabo de unos minutos más tarde, llegamos al rancho. Bajamos del auto e inmediatamente nos encontramos con su hermana, quien al parecer iba llegando por que iba a grabar un vídeo con los muchachos de aquí.

Había escuchado que muchas personas decían que Mayve no era agradable, pero si que lo es, solo son comentarios de personas que simplemente no les cae bien por alguna razón. A mi me cae de maravilla, lo mejor es que no está cuestionando a su hermano sobre quien entra y quien no.

Kevin se fue hacer algo mientras yo me quedaba sentada en una silla, viendo como trenzaban a los caballos después de haberlos bañado. Mayve ya estaba grabando junto a su esposo sobre el otro lado, así que estaba sola.

Tenía un vaso de refresco que me habían dado, además estaba respondiendo mensajes de mis amigas que me pedían les contara que es lo que estaba haciendo. Se desanimaron cuando supieron que no había nada tan interesante y que estaba esperándolo aquí, al parecer ellas pensaban que apenas llegando nos ibamos a encerrar en una habitación o algo así.

Al poco rato ya tenía a Kevin regresando, venía bromeando con uno de los trabajadores. El muchacho se fue por otro lado mientras Kevin, venía a donde estaba.

— Perdon por dejarte aquí solita, pero ahora si ya me tienes para ti — se inclinó y sin que pudiera decir nada, me besó.

Sonreí.

— No pasa nada, me gustó la paz que hay en este lugar.

— La verdad es que si se la pasa uno bien a gusto, por eso me gusta pasarmela aquí.

— ¿Cual es tu lugar favorito? — le pregunté

— Ven y te muestro — me tendió su mano, obviamente le entregue la mia hasta entrelazarlas.

Me puse de pie y lo aconpañe hasta donde el me guiara, sin miradas por que cada quien estaba en su mundo.

Me llevó a donde había unas pequeñas escaleras, las cuales subimos hasta que nos encontramos con un pequeño espacio.

Desde aquí se podía ver cierta parte del rancho, incluso se podía ver hacia el ruedo en donde hacían cabalgar a los caballos. Había también una hamaca grande, colgada y con un árbol que le daba una sombra bastante deliciosa.

Kevin no tardó en acostarse en ella, me invitó a hacer lo mismo. Accedi, me quité los zapatos y me acosté a su lado poniendo mi cabeza en su pecho y sintiendo algunas caricias en mi brazo.

— Que rico se siente estar así chingada madre — lo escuché decir, me reí un poco.

— No puedo negar que es verdad — admití

Alce mi cabeza un poco para encontrarme con Kevin, cada día me gustaba más y no sabía si tenía que preocuparme por eso. Dicen que primero es la atracción, después vienen los sentimientos fuertes y se desarrolla el caos.

No quiero eso, si tengo que ser sincera.

— Me gusta estar aquí contigo — confese — no quisiera irme nunca de aquí, tener todos estos momentos tan pacíficos contigo.

— A mi también me gustaría todo eso hermosa, te prometo que después de un tiempo se podrá.

Asentí simplemente, no quería pensar en el después cuando estábamos en el ahora.

Estuvimos ahí hasta que su estómago rugio por que tenía hambre, nos reímos de eso pero después nos alistamos para irnos.

El dejó algunas indicaciones ya que no regresaría hasta mañana, después nos fuimos, ahora ya estaba su camioneta.

Nos subimos en ella y comenzó a conducir, mientras escuchaba música y hablábamos un poco. Fuimos de paso al Ranch Roll Sushi para comprar un poco de comida, después nuevamente emprendimos camino al apartamento que ya conocía.

De alguna manera me hacía sentir bien, por que era un lugar que solo el y yo conocíamos.

Estuvimos ahí toda la tarde hasta la noche, comiendo, hablando, viendo películas y todo lo que pudimos hacer en un rato. Después el tuvo que irse, aunque prometió que mañana si se quedaba conmigo después de la feria a la que iríamos.

Era algo costoso tener que dejarlo ir, pero así tenía que hacer y tuve que aceptarlo.
Después cuando quedé sola no hice más, simplemente me preparé para dormir.

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