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– ¡Llegamos! – exclamó Nata

¿Qué es esto?

– ¿A dónde me trajiste Rubén? – era un restaurante muy "lujoso" que en mi vida había visto

– Es que aquí venden unos espaguetis deliciosos – junto sus dedos y hizo como si mandará un beso – se cuánto te gustan, o gustaban

– Oww, si te acuerdas ¿O lo viste en instragram? – se empezó a reír

– De eso si me acuerdo, no entiendo como puedes amar unos gusanos con tomate y queso – reí

– Ya pues, vamos a bajarnos

Nos bajamos, entramos y nos fuimos a sentar a una mesa.
Estuvimos hablando un rato y llego el mesero, después de ordenar (obvio fue pasta) nos empezamos a poner al día.

– Entonces ¿sigues estando de chicle con Diego? – dice

– En realidad, la casa es mía, esta a mi nombre, entonces es el que no se separo de mi, pero creo que ya esta pensando en irse – dije quitando mi sonrisa poco a poco

– ¿Por qué lo dices? – pregunta interesado

– La vez pasada lo vi viendo departamentos, no le quise preguntar pero es obvio que ya se quiere ir, tiene novia, ya es un viejo amargado, ya quiere su privacidad

– Me iré a tu casa a suplir a Diego – reí

– Bueno, pero ten en cuenta que lo molesto día y noche

– Mejor lo pensaré, no puedo dejar solo a Hassan – reímos

– ¿Vives con Hassan?

– Si, nos compramos una casa entre los dos acá

– No me imagino como a de estar – dije imaginandola

– Si hablas llena de ambiente, fiestas, morritas...

– No, hablo de sucia, desordenada, fuchi

– Claro que no, te equivocas – se hizo el ofendido

– Si tu lo dices – nos trajeron la comida – gracias – le dije al mesero

– No hay de qué – sonrió y se gira a ver a Nata – Disculpa ¿me puedo tomar una foto contigo Nata? – el mesero saco su celular

Okey eso es nuevo.

– Claroo bro – se tomaron una foto – ya esta apá

– Gracias y provecho – se retiró

– ¿Acaso estoy cenando con una celebridad? – dije divertida

– Para ti sigo siendo el mismo del barrio – reí

– Okey señor humilde

Nos pusimos a cenar, cuando terminamos pedimos la cuenta y Nata insistió en pagar, pagó y salimos. Nos subimos al coche y vamos camino a casa.

– Que pedo ¿cómo es que no tienes pareja? vete a la verga – no se si sentirme humillada

– No lo sé, hay un chico del trabajo que es algo insistente en querer salir, pero a mi no me gusta, no estoy para parejas ahorita, solo me concentro en mi hija y el trabajo

– Mal ahí plebe, debes de pensar en ti también, Maru

– Sobre todo siento que aún no llega el indicado, Axel el chico del trabajo, no me veo alado de  el resto de mi vida

– Bueno eso es otra cosa – asintió

– ¿Tu tienes pareja? – pregunte curiosa

– No

𝑼𝒏 𝑷𝒆𝒒𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝑨𝒄𝒄𝒊𝒅𝒆𝒏𝒕𝒆 // 𝑁𝑎𝑡𝑎𝑛𝑎𝑒𝑙 𝐶𝑎𝑛𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora