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Pasaron las semanas, los meses y después dos años en el que Jungwon trabajaba en el club, y era el más cotizado, apodado como "El Ángel" era muy famoso entre los hombres ricos de todas las edades con deseos insaciables hacia el, todos los días las filas para un privado con El Ángel eran muchas, hay hombres que iban hasta tres noches para que pudieran tener una sesión con el.

— No hay mejor lujo que estar contigo angelito, de seguro todos los de la fila han de estar desesperados por que no salga, ya que aceptaste tener sexo conmigo.

— Mmmm tendrán que esperar su turno. — Decía Jungwon casi susurrando.

El hombre lo empezó a embestir mientras acariciaba sus nalgas, Jungwon no perdía la oportunidad de tener sexo con los hombres que le parecieran atractivos, más aparte del placer, los hombres le daban una buena cantidad de dinero.

— Quítate el antifaz para mi angelito. — Decía el hombre con la respiración entre cortada.

— No puedo, son políticas de mi trabajo, y si insistes te tendrás que ir. — Le respondió Jungwon de manera amable.

— Te pague para que fueras mi perra, quítatela ya.

— HÉRCULES. — Gritó Jungwon después de sentir las manos del hombre en su cara intentando quitar el antifaz.

Al hombre se lo llevaron desnudo afuera mientras que todos en el lugar lo vieron, a los hombres que pasaban la raya antes de dejarlos ir les daban una pequeña lección, los desnudaban y los golpeaban, para el "jefe" sus bailarines eran su tesoro, ya que sin ellos el club no sería muy recurrido como es, además también disfrutaba de ver sufrir a aquellos hombres que sobrepasaban la línea del consentimiento.

— Mierda, ya son las 1:30 am. — Hablo con si mismo Jungwon vistiéndose.

— WONNIE.

— Hola Hoonie. — Saludó Jungwon al chico.

— Escuché lo qué pasó, ¿estás bien?.

— Si, estoy bien, ya sabes, lo mismo de siempre, hombres que quieren que me quite el antifaz.

— Ojalá hubiera estado ahí para patearle ese trasero por atrevido.

— Sabes que te amo y lo valoraría pero eso te metería en problemas.

— Yo también te amo wonnie , por eso no permitiría que te hicieran daño.

Se miraron a los ojos, los ojos de Sunghoon eran muy bellos, de pronto Jungwon se acercó y lo besó en los labios, desde siempre le a parecido muy lindo Sunghoon, además de que es lindo, había escuchado de su gran miembro en los pasillos del club y le traía tantas ganas.

Y Sunghoon le correspondió el beso, era un beso lindo pero de pronto subió de nivel, Jungwon no sabría cómo explicar lo que sentía, veía a Sunghoon y le parecía tierno y muy lindo, y tenía muchas ganas de besarlo y de probar lo que había entre sus piernas.

De pronto cerraron la sala con llave, y se sentaron en el sillón del lugar, no paraban de besarse. Desde que Jungwon entró a trabajar al club jamás se a quedado con las ganas de meterse con todos los hombres apuestos, y sin duda le traía ganas a Sunghoon.

Al seguir con los besos, Jungwon se montó a Sunghoon en su entrepierna y se movía al compás de los besos.

— Desde hace mucho que te tengo ganas Jungwon. — Dijo Sunghoon con la voz ronca.

— Y yo a ti. — Dijo esto para después volverlo a besar.

Después de haber tenido sexo con el hombre intenso, no logro alcanzar el orgasmo por lo cual le sentó muy bien que Sunghoon viniera, de pronto se quitaron la ropa y Sunghoon sin rodeos alineó su pene en la entrada de Jungwon.

Doble Vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora