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El día transcurrió normal para Jay y Jungwon que ya ansiaban que llegara la noche.

Jungwon estaba en pijama viendo una película cuando recibió una llamada, tenía un poco de ilusión que fuera Jay, pero era Chaewon, deseguro para confirmar su asistencia esta noche.

— Hola Ángelito. — Saludó desde el otro lado del teléfono Chaewon.

— Hola Mister Chaewon.

— ¿Vendrás ahora a tu grande nido de amor?.

— Si, pero quiero pedirte un favor.

— Dime, soy toda oídos.

                               🌸

Ya eran las 8 de la noche, y Jay nunca había esperado tanto la noche, tenía tantas ganas de ver a Él Ángel, una persona que conoció apenas la noche anterior y que no conocía su identidad pero estaba obsesionado ya.

Se baño y lucho contra las ganas de masturbarse en la bañera, de tan solo pensar en ese bailarín lo ponía duro, se arregló muy bien, con una camisa sin mangas y desabotonada viendo así una parte de su pecho, se veía muy sexy, tenía que verse así para impresionar al bailarín.

                             *LOOK DE JAY*

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                             *LOOK DE JAY*

Salió de su casa a las 9:30 pm y llegó a club a las 10:00 pm en punto, entro y vio un poco desilusionado que había mucha fila para ver a El Ángel, sintió alguien tocando su hombro.

— Hola, ¿Jay, cierto?. — Saludó Chaewon.

— Si, ¿por qué?. — Jay sintió un poco de miedo.

— Ven conmigo, hay una sorpresa para ti.

Jay empezó a seguir a la chica, cruzo unos cuantos pasillos hasta llegar a una sala grande con una cama incluida.

— Pero la fila para El Ángel estaba allá.

— El mismo pidió la habitación, este lugar se llama los candados, los bailarines tienen la oportunidad de al menos una vez al mes traer aquí a los clientes que literal le traigan muchas ganas o les dejan mucho dinero y la llave para los clientes son los bailarines que los traigan aquí, y esa fila que tu viste era para ver a Estrella.

— Así, ¿Que el mismísimo El Ángel pidió esta habitación?

— Correcto chico, bueno los dejare solos, disfruta.

Jay se quedó parado delante de la puerta unos segundos y después fue a sentarse en la cama que al frente de ella había un espejo, la habitación estaba ordenada, limpia y se miraba muy lujosa, obviamente iban a tener sexo, si fuera un baile solo sería en una sala común.

Jay estaba deseoso, de tan solo estar en la habitación ya tenía el pene erecto, de pronto apareció, El Ángel, llevaba puesto una lencería muy linda, sin ningun saco transparente, había varios cinturones de forma diagonal en su pecho y abdomen y solo tenía una braga, y claro su antifaz.

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