Esta es la historia de cómo Jungwon emprende un viaje para acabar con su vida, en donde atraviesa un complejo espiral reflexivo sobre sus principales problemas y la manera en que su mente no le permite encontrar una salida, siempre llegando al mismo...
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Cuando desperté eran las 10 de la noche, y el primer pensamiento que tuve fue que no había muerto todavía. Un doloroso nudo en la garganta me atacó y me volteé de costado encogiendo mi cuerpo en posición fetal, abracé mis rodillas dejando caer mis lágrimas. Me dolía el cuerpo y estaba tan cansado que ni luego de haber dormido 5 horas me sentí descansado. Tenía frío, olía mal y mi ropa seguía húmeda, pero no tenía fuerzas para levantarme. Mi estómago dolía porque no acostumbraba a comer en tanta cantidad, no tenía mis medicamentos para intentar vivir un poco más como quería, solo era yo nuevamente, miserable y solo en una habitación.
Mi celular vibró sobre la cama, me tomé unos segundos antes de mirar, me dolía tanto la garganta que ni una sola palabra podía salir de mi boca, pero cuando vi la pantalla el nombre de Junho me hizo reaccionar. Me senté de golpe en la cama y secando mis lágrimas, contesté.
— ¿Jungwon? — su voz se oía alterada.
— Sí... — murmuré, fue lo único que pudo salir de mi voz.
— ¡Te estuve llamando durante tres horas! — regañó. — ¿Sabes lo preocupado que me tenías? Jay también te llamó y no le contestabas ¿Dónde estás?
— Lo siento — susurré. — estaba durmiendo.
— Oye... no te escuchas nada bien ¿Estás bien? — dijo, esta vez más calmado, preocupado.
— Ya te dije, estaba durmiendo — esta vez mi voz se oyó ronca y baja.
— Llevabas mucho tiempo durmiendo Jungwon, te estoy llamando desde las 6 de la tarde — lo oí soltar un suspiro, como si sintiera un gran alivio. — ¿Por qué te dormiste tan temprano?
— Hice mucho durante la mañana, caminé bastante y hacía calor — expliqué, vagamente.
— ¿Dónde te estás quedando?
— Oye, hyung, ya me tengo que ir, me daré un baño y volveré a la cama — le informé.
— Está bien — se rindió — Jay me dijo que estuvo hablando contigo así que eso me dejó más tranquilo, deberías llamarlo, está preocupado.
— Lo haré, buenas noches hyung.
— Descansa, Jungwon, llámame por la mañana, te lo imploro — rogó.
— Bien — acepté.
Luego de colgar pude ver las 30 llamadas perdidas en mi pantalla, más mensajes de Jay.
"Qué estás haciendo?" "No me has enviado ninguna foto"
"Won, háblame, por favor, quiero saber de ti" "Extraño a mi mejor amigo aquí"
"Won, deberíamos ir a esa playa que me dijiste un día, los dos"
