En el momento en que sus brazos me rodearon, me derrumbé sobre su hombro, lloré como un niño que ve a su madre luego de un largo día, pero no me sentía sufrir mientras lloraba, era un llanto de alivio, me sentía cómodo, me sentía protegido. Su mano me acariciaba la espalda dando suaves palmaditas y realmente me hacía sentir mejor.
— La extraño mucho — balbuceé con la voz quebrada y chillona.
— Entonces deberías ir a visitarla, pronto tendrás tiempo para ello — murmuró ella con suavidad.
Yo asentí y me separé levemente con mis ojos cerrados, sus manos fueron a mi rostro secando mis lágrimas, incliné mi cabeza sobre el dorso de su mano, debía estar loco y por un momento pensé que ella iba a sentirse incómoda, pero siguió acariciando mi mejilla. Ese tacto, esa caricia, le daban calor a mi corazón.
— Quiero... — mascullé dolorosamente, dejando un largo espacio de silencio antes de seguir — decirte algo, pero debes prometerme que no se lo dirás a nadie.
— Todo lo que ha pasado esta noche se quedará aquí, y nadie más lo sabrá a menos que tú lo quieras — respondió ella.
Aún no me atrevía a abrir mis ojos, no quería ver su reacción, solo quería decirlo porque jamás se lo había dicho a nadie, porque quería saber cómo lo veía alguien ajeno a todo, como lo veía alguien que estaba fuera de mi mente.
— Estoy enamorado de alguien desde hace mucho tiempo — hablé con mi voz ligeramente quebrada, desafinada.
— ¿Esa persona lo sabe? — preguntó, cuidadosamente.
— Yo... — un suspiro inconsciente salió de mí. — Nunca se lo he dicho, porque no quiero arruinar nuestra amistad, nuestro trabajo, no quiero hacerle pasar un mal rato, siento que podría odiarme si lo sabe.
— Si esa persona y tú son cercanos, y tienen la suficiente confianza, no creo que llegue a odiarte, no creo que nada se arruine.
— ¿Quieres saber quién es? — pregunté, aunque era lo principal que quería decir, me costaba trabajo hacerlo.
— Solo si tú lo quieres, yo no voy a obligarte ni juzgarte de ningún modo.
— Es... — inhalé aire llenando mis pulmones y luego de soltar el aire, ya más relajado pude decirlo sin que mi voz temblara — Jay hyung, estoy enamorado de Jay hyung.
Y en ese momento abrí mis ojos y dejé caer mi cabeza sobre el respaldar del sillón. Lo había dicho por primera vez en voz alta y a alguien.
— ¿Cómo se siente decirlo? — Su voz tranquila me sorprendió.
Levanté mi cabeza para mirarla nuevamente, su semblante pacífico y casi neutro eran admirables.
— Es la primera vez que lo digo en voz alta, se siente liberador, y a decir verdad, no suena tan asqueroso y raro como solía pensar — miré mis manos ansiosas.
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𝖳𝗁𝖾 𝖡𝗈𝗋𝖽𝖾𝗋𝗅𝗂𝗇𝖾 › 𝙅𝙖𝙮𝙬𝙤𝙣
FanfictionEsta es la historia de cómo Jungwon emprende un viaje para acabar con su vida, en donde atraviesa un complejo espiral reflexivo sobre sus principales problemas y la manera en que su mente no le permite encontrar una salida, siempre llegando al mismo...