Capítulo 06

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— Hijo... algún día ven a casa, regálame tus vacaciones ¿Sí?

— Mamá... 

— Esta es tu casa, puedes usarla para descansar o cuando las cosas no vayan bien... yo estaré aquí para cuidarte, Jungwon, soy tu madre.

— Mamá, sólo quiero ser feliz, pero tú no estás.

— Yo siempre estaré contigo mientras me recuerdes... esperaré por ti en casa, hijo.

— Ya es tarde...

— Te amo.

⊱🧷⊰

Haneul.

— ¡OYE! — grité, desesperada, aterrada.

      Tuve la suerte de que mis pies reaccionaran por inercia. Corrí carretera abajo hasta encontrar un punto no muy alto que me permitiera bajar de un salto. Me torcí el tobillo al aterrizar, pero no sentí dolor y corrí tan rápido como pude, pero de pronto, lo vi caer y sumergirse, ya no escuchaba más que mis propios gritos y eso me aterraba. El silencio mortal es el más peligroso de todos.

      Entré en el agua sin pensarlo ni por un minuto, podía ver las burbujas comenzar a salir y no sabía cómo ni con qué fuerzas lo hice, pero llegué hasta él. Agarré su mano bajo el agua aún visible y tiré de él con todas mis fuerzas hasta elevar su cabeza sobre la superficie. Él tosía botando agua mientras lo cargaba de vuelta a la orilla hasta sacarnos a ambos por completo.

      Lo hice.

      Llegamos a la orilla y lo tendí sobre el suelo agarrando su cabeza, ubicándolo de lado y golpeando su espalda, expulsó toda el agua vomitando de paso, luchaba por respirar en medio de los espasmos de su cuerpo y el líquido que botaba, hasta que terminó y lo escuché tomar por fin una profunda y dolorosa bocanada de aire, me ubiqué detrás de él de rodillas, poniendo su cabeza en mis piernas. Su cuerpo temblaba, sus ojos se abrían y cerraban débilmente, su rostro que apenas podía ver; sin color y su ropa completamente mojada pegada a su esquelético cuerpo me hicieron doler el corazón.

— Oye, háblame... — pasé una mano frente a su cara.

      Puse mis dos dedos en su cuello, sintiendo su pulso palpitar como loco, como si hubiese corrido una maratón o algo parecido. Me relajé un poco más soltando un suspiro, aunque no dejaba de parecerme extraño, miré su rostro bajo la sombra de mi silueta, sus facciones eran tan finas y marcadas debido a lo delgado que era.

𝖳𝗁𝖾 𝖡𝗈𝗋𝖽𝖾𝗋𝗅𝗂𝗇𝖾  ›  𝙅𝙖𝙮𝙬𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora