Derrama todo tu amor en mí

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CHINGA TU MADRE WATTPAD YA DÉJAME PONER VIDEÍTOS Y DEJA DE CAMBIAR MIS BORRADORES POR LAS VERSIONES YA REVISADAS, CORREJIDAS Y MEJORADAS YA BASTAAAAAAAA 😭







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Alguna vez, cuando recién habían abierto el Ikea de Kobe, tuvo la fortuna de dormir con un duvet.

Por apertura, la tienda tenía muchos descuentos, ofertas y productos de regalo. Y, como sus padres siempre han tenido que comprar doble, claro que aprovecharon el duvet que venía de regalo en la compra de más de cincuenta mil yenes. Sus padres pensaron que pelearían por ver quién de los dos se quedaría con el dichoso edredón, pero Osamu no mostró mucho interés en una simple colcha. Así que el ganador fue Atsumu.

Dormir bajo el duvet era muy diferente de dormir cobijado con un kakebuton solamente; el duvet es acolchado, grueso, pesado y muy caliente. Al duvet no tenían que sacarlo a orear ni a aspirar cada tres semanas; sólo se metía en la lavadora con el ciclo delicado y quedaba como nuevo.

Además, el duvet le hacía sentir tranquilo. No dormía mejor que con un duvet

En su momento, no sabía por qué le gustó tanto. Con los meses tan fríos de invierno y otoño, ¿a quién no le gustaría tener una cobija calientita y suave?

Solía pasar noches celestiales bajo ese duvet; frías noches de enero que él ni siquiera sentía porque estaba protegido bajo una gruesa capa de plumas y algodón. Claro, cuando en verdad sufría era cuando despertaba para ir a la escuela porque nada era peor que salir de su cálida guarida para enfrentarse al agua congelada de la ducha.

Ahora que está desenterrando tantos recuerdos, los que más le gustaban era cuando Osamu le despertaba en las mañanas para desayunar los fines de semana. Sus padres despertaban tarde los sábados y domingos, en especial su madre, que siempre estaba un poco más cansada que el resto. Se ayudaban el uno al otro.

Osamu le alimentaría primero, por eso de ser el mayor (apenas por un par de minutos, argumentaba siempre Atsumu). Le levantaría nada más para avisarle y Atsumu, adormilado, cortaría con sus dientes la piel del interior del antebrazo de su gemelo para robarle apenas unos sorbitos. Prefería mil veces la sangre de su madre, pero tampoco quería pasar hambre hasta medio día. Y, como todavía quería dormir un poco más, descansaría mientras Osamu se cobraba el favor y le mordisqueaba el mismo lugar del que su hermano había bebido.

La sangre de Osamu estaba más fría que su cuerpo, por lo que, él tan caliente como un bollo al vapor, sentía cómo se deslizaba por su esófago, refrescándole la barriga. A pesar del frío en las mañanas, la sensación era bastante agradable. No tenía calor, pero podía decir que la sangre de su hermano le refrescó como soba helada en verano.

Cuando creció, encontró que el duvet ya no le cubría la gran cosa, así que se deshizo de él. Bueno, su madre se deshizo de él. Atsumu no encontró la fuerza para hacerlo. Y, al pasar su primera noche sin la cobija, se dio cuenta de por qué lo empezaba a extrañar tanto.

La verdad era que Atsumu tenía mucho miedo. ¿De qué? De todo.

De pasar hambre. De no encontrar a alguien que lo alimentara como su madre u Osamu. De que alguien descubriera su enorme secreto. De darle asco a alguien. De encontrarse con otro chupasangre y sentir envidia por alguna u otra razón. De preguntarse si así es que pasaría toda su vida, haciéndose preguntas que no tenían respuesta o de toparse con respuestas que no le gustaran.

Carne sin sangre | Haikyuu FF! (MYHN | Vamp! Miya Atsumu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora