Carne sin sangre | Haikyuu FF! (MYHN | Vamp! Miya Atsumu)

Muriendo por verte

Vaya que los vampiros son impuntuales.

Ay.

Chupasangre. Vaya que los chupasangre son impuntuales.

Quedó de verse con Atsumu para desayunar hoy. Han estado hablando ya varios días seguidos y resulta que le agrada bastante estar a la espera de sus mensajes.

Pues a Atsumu también le gusta estudiar con música.

A Atsumu también le gusta hacer un poco de ejercicio dinámico antes de dormir y, a pesar de sentir vergüenza las primeras veces, ahora los dos hacen videollamadas para hacer estiramientos y desbloquear las articulaciones después de un largo día sentados.

A Atsumu le encanta, le encanta, de verdad le encanta estudiar. Y, a pesar de que se la pasa la mayor parte del día encerrado en un cubículo de la biblioteca, siempre logra convencerlo de estudiar juntos.

Resulta que estudian en la misma universidad, en la misma sede.

Atsumu estudia nutrición. Está en el lado opuesto del campus.

Y ya son varios los días que quedan de ir a tomar un café juntos (un jugo de naranja en el caso de Atsumu) o de verse unos cuantos minutos en un punto intermedio.

Alguna vez se lo ha topado en el edificio de laboratorios o en el gimnasio de la facultad.

Y, le da gusto decirlo, se ve mejor cada día.

Uno sólo puede preguntarse de dónde había estado alimentándose. No con celos, sino con genuina curiosidad.

"Shouyou-kun, una disculpa". Le sorprende desde su espalda. "La ruta tuvo un accidente y tardé en llegar a la estación".

"Hola. No te preocupes, ¿estás bien?"

"Ah, sí. Yo no iba en el camión que tuvo el accidente, estaba en la parada cuando nos comunicaron del retraso".

"Qué alivio".

Atsumu viste pulcro como siempre. Shouyou tiene la impresión de que su madre siempre le enseñó cómo vestirse acorde a las tendencias para pasar desapercibido, cuando su vestimenta era por lo que menos tenía que preocuparse.

"¿Tenías esperando mucho?"

"No, como quince minutos".

"¡Eso es demasiado! Perdón, en serio".

"Ya, ya. Deja de disculparte, no pasa nada". Se pone de pie y camina frente a él para que le siga de una buena vez. "La cafetería no se va a ir a ningún lado".

Hasta su sonrisa se ve linda. Como siempre, de hecho.

"Vamos, pues".

Y, en el camino, piensa que, tal vez, el sabor de su sangre ya abandonó su boca.

Tal vez ahora Atsumu ya lleva el sabor de alguien más. Otra persona le ayudó, otra persona le nutrió.

"Mesa para dos, por favor".

Pero le sigue igual. Atsumu es bastante enérgico, efusivo, y no piensa dejarse de él. Hace mucho que ya no está con una persona introvertida, le ha hecho bien ya no recordar cómo se siente eso.

"Una tisana de manzanilla, por favor. ¿Puede agregarle hojas de menta también?"

"Claro que sí, caballero".

"Yo quiero un americano bien cargado. Y una tarta de frutas, por favor".

"¿Gusta que le traiga crema y azúcar?"

"No, gracias".

"En seguida les traigo su orden".

Ni bien el mesero les deja solos, Atsumu se abalanza en la mesa y le mira con profunda sorpresa.