Diego había estado siendo revisado desde ayer qué se había desmayado, pero ya al día siguiente, en la tarde cuándo se encontraba mejor, permitieron que alguién pasara a verlo. Él realmente pensaba que vendría alguién de su familia, pero "nadie había tenido tiempo" para ir a visitarlo, así que inesperadamente, cruzó la puerta un chico con un pelo ondulado que reconocería desde lejos.
- Diego! - Se acercó rápidamente y se colocó a un lado de la camilla del recién nombrado.
- Jorge~ no te esperaba aquí. - dijo mientras miraba con cariño al menor, a quien le brillaban los ojitos.
- Pues, estaba muy procupado por tí, necesitaba verte! -
- Que vergüenza... Que me veas así, tirado en una cama mientras tu te ves tan... Bien! - Junto al de chinitos, soltó unas risas.
- No digas eso! Tu... Tu siempre te ves bien! - Diego no pudo evitar sonrojarse ante las palabras del menor. - sabes! Terminé un dibujo y me gustaría que un gran pintor le dé su toque especial!-
- hmm, creo que conozco a un pintor... Podría hacer un buen trabajo! - Rieron un rato, en ese punto, Diego pensaba que su visita la disfrutó más que la de cualquier otro familiar cercano.
Una hora despues, una enfermera indicó que Diego necesitaba descansar, por lo que Jorge debía salir de la habitación.
- Está bien, Diego, nos vemos mañana! Te parece? - dijo con una dulce sonrisa en su rostro.
- No podría negarme! Yo sólo espero que me permitan verte, haré lo posible, okay? - mencionó mirando a la enfermera, esperando convercerla de que lo dejarían juntarse con el de chinitos a pesar de su estado.
- Okay! Adiós, dieguito~ -
Le habrían dejado un gran rato para que descanse, el cuál acabó en el momento que una psicóloga debía conversar con él.
En cierto momento de la charla, Diego habló sobre su rayito de sol en medio de la tormenta, estuvo varios minutos hablando sobre ese chico que tan feliz le había hecho en poco tiempo, no había expresado ésto con nadie ni en voz alta, y finalmente ahora que lo había podido hacer, entendió lo que sentía realmente. Su psicóloga le dió una libreta y le ordenó que escriba algo así cómo un diario, expresando lo que sentía y hacía cada día.
Diego no podía dormir, por primera vez se le había complicado, si estaba más feliz por su nueva compañia, pero se sentía cansado, al fin y al cabo, hace horas se había desmayado por su estado deplorable.
El día siguiente, Diego despertó al sentir alguien tocar su hombro, apenas abrió los ojos vió a quién menos se esperaba.
-Hm... Jorge? - dijo aún desorientado por haber despertado recién.
- buenos días Diego! Te traje tu desayuno. - dejó una bandeja con la comida a un lado. - cómo te sientes?
- Mejor que ayer... Gracias por traerme el desayuno! Tu ya comiste? - preguntó mientras se acomodaba mejor, sentándose para empezar a comer.
- Aún no, pero a eso voy, sólo traje la tuya y ya me iré~ -
- No puedes... Comer aquí conmigo? - se avergonzó de decirlo, pero no quería dejarlo ir.
- Yo... Me encantaría, sólo no creo que me dejen... - Dijo apenado.
- No pierdes nada con preguntar! -
- Está bién! Ya vuelvo, en la puerta está una enfermera. - se dirigió hacía la puerta de aquella habitación, habló con una enfermera que se encontraba del otro lado y volvió a entrar dónde estaba Diego.
-Lo siento diego pero... Si me lo permitieron! - soltó algunas risas ante su broma.
- Tonto! Ya me había desilusionado~ - dijo también entre risas.
Cuando Jorge ya tenía su desayuno ahí, empezó a comer a la par del mayor, quién estaba bastante avergonzado de comer frente al menor, es cierto que él le había pedido que se quede, pero al mismo tiempo se había arrepentido de su decisión, aunque el de chinitos no pensaba nada malo sobre Diego, los pensamientos del recién nombrado eran muy distintos, solía sobre pensar demasiado, y teniendo en cuenta que tenia problemas alimenticios, comer frente a otras personas era un desafío para él.
- Jorge, tu que has hablado con mis enfermeras? Cuando me desmayé sé que algo conversaste... -
- A qué te refieres? - preguntó extrañado e inocentemente el menor.
- Te dijeron sobre... No lo sé, algo mío, algún problema mío. - Estaba aterrado de que el de chinitos sepa ese tema sobre él, quizas lo miraría de una forma distinta o se burlaría cómo ya habían hecho muchas personas.
- Hm, no, no me contaron nada sobre lo que te pasa, es muy privado y supongo que no pueden contar la vida de un paciente a otro, sabes? - Respondió con un pedazo de pan en su boca.
La llegada de una enfermera interrumpió la conversación, era la hora de que Jorge se retire, y así lo hizo, sin antes despedirse dulcemente del mayor.
Déjenme sus comentarios y opiniones sobre cómo va la historia! No planeo hacerla muy larga así que espero que la disfruten, gracias por leer! 💙💚
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Era El Destino | DIORGE
Roman d'amourDos jóvenes de 18 años se conocen en un hospital psiquiátrico, uno muy simpático y el otro muy frío, polos opuestos se atraen, no?