Después de varias semanas en las que ambos chicos mejoraban su estado de ánimo mutuamente, llegó un día especial, el 13 de noviembre, que sería el cumpleaños de Diego. Jorge estaba incluso más emocionado que Diego, la noche anterior logró dormir muy poco por la emoción que sentía.
Diego no sabía que esperar, ése día no solía ser muy feliz para él, ya se lo había contado a Jorge, en su infancia, su familia siempre olvidaba su cumpleaños, no les daban relevancia, pensó que ésta vez no sería la excepción, y no, no lo fué, no recibió ninguna llamada por parte de algún miembro de su familia, parecía que todos se habían olvidado de él.
Se levantó sin muchos ánimos, quería sólo que el día se acabe, al menos las enfermeras que se cruzaba le decían feliz cumpleaños, mientras que él agradecía con una sonrisa tímida.
En el desayuno, comió aunque no todo, no se sintió capaz de terminar su plato completo, no quería hacerlo.
Jorge, antes de ir a la sala de juegos en la tarde, dónde esperaba cruzarse a Diego, se duchó y amarró su pelo, Diego alguna vez había mencionado que se veía especialmente bien con ese peinado.
Diego no tenía la intención de salir, prefería quedarse todo el día en su cama, pero una enfermera llegó a cambiar sus planes, pues había charlado con Jorge y sabía los planes que tenía, que con mucho cariño aceptaba, pues estos podrían hacer más feliz a Diego.
- ¿No quieres ir a la sala hoy? - preguntó la enfermera que estába en la puerta observando a su paciente.
- No... Hoy no. - dijo Diego mirando hacía la ventana, apreciando el día soleado.
- ¿Por qué no? Es un buen día para tí, deberías hacer cosas que te hagan feliz ¿no crees? - Intentaba cambiar su desicion.
- No lo sé, no tengo planeado nada hoy, al fin y al cabo, sólo ustedes se acuerdan de mi cumpleaños y es sólo para hacerme sentir bien... - no despegaba su mirada del paisaje.
- Mmh, quizás no quieres ir a la sala, te gusta el paisaje de afuera? Podrías ir al patio~ - Mencionó con una sonrisa.
- Qué?! Al patio? Yo... Nunca he estado ahí, no me lo han permitido por mi estado... Podría ir? - Diego finalmente había volteado para mirar a la enfermera con gran impresión.
- Te dejaremos ir, es un día especial para ti y vemos cómo mejoras, y sabes, conozco alguién que también disfrutaría de ir al patio! -
- J-Jorge? Puede acompañarme? - sus ojos se iluminaron cuando ésa idea pasó por su mente.
- Por supuesto! Iré a decirle que te espere ahí, okay? -
Jorge estaba sentado en la sala bastante desanimado, todo indicaba que ése día Diego no iría, pues llevaba minutos esperándolo, hasta que una enfermera llamó su atención.
- Jorge Anzaldo, acompañeme
porfavor. - de inmediato y con un poco de miedo, Jorge se levanto con las cosas que llevaba para regalarle a Diego y siguió a la asistente.- Que pasó? Hice algo malo? - preguntaba Jorge asustado, sin entender a donde lo llevaban.
- Quieres celebrar el cumpleaños de tu amigo en privado? Tendrán el patio entero para ustedes. - dijo con una dulce sonrisa la asistente que iba a su lado, y ante éstas palabras, Jorge quedó perplejo, nunca había estado en el patio, pero estába emocionado de que su primera vez ahí sería junto a Diego.
Después de un rato en el que Jorge esperaba al mayor en el patio, por fin lo vió llegar, tenía el pelo humedo lo cuál indicaba que se había duchado, posiblemente por la ocasión.
- Dieguito! - se abrazaron. - Feliz cumpleaños!
- Jorge~ gracias por acordarte. - ambos se sentaron en el pasto.
- Te tengo tu regalo! No es la gran cosa, en realidad es lo que me pude permitir conseguir, y sabes que aquí no hay mucho... - decía nervioso el menor.
- no necesitas darme ningúna explicación, lo que sea que me hayas preparado, te lo agradezco~ . -
- Bien pues... Toma! - le entregó una carta y un dibujo, mas especificamente un retrato de Diego.
- J-Jorge! Dibujas demasiado... Ésto está muy... Eres tan talentoso! No lo puedo creer! Es increíble~ - Estában muy emocionados ambos y el de chinitos sólo soltaba risas nerviosas.
- Bien, la carta! - empezó a abrirla hasta que Jorge se la arrebató.
- No la leas ahora! - dijo nervioso el menor.
- Eh? Por qué no? -
- me da vergüenza! Leela cuando estés en tu habitación! -
- Jajaja! Ridículo~ - agarró nuevamente su carta e intento abrirla por completo, mientras Jorge seguía intentando evitarlo, estaban entre quejas y risas. Ésta divertida discusión hubiera sido eterna, si no hubiera llegado una asistente con dos platos.
- Bien chicos! Tengan un poco más de cuidado con sus juegos okay~ les traje un postre especial. - dejó la bandeja a un lado de ellos y se retiró.
- Hm? Y ésto? - dijo extrañado Diego, agarrando un plato. - Es... Arroz con leche? Wow! Mi postre favorito! -
- y el mío también! Que bueno que me trajeron a mi y no sólo al cumpleañero~ - dijo entre risas.
- Cómo supo que era mi postre favorito? Jorge? - dijo con una sonrisa traviesa suponiendo lo que había ocurrido.
- Hm, posiblemente un pajarito se lo contó! - mencionó Jorge mientras ya había comenzado a comer.
- Ah, claro, de casualidad el nombre de ese pajarito empieza con J? - rió Diego y también empezó a comer.
- Que casualidad que lo digas ya que sí, el nombre de ése pajarito chismoso empieza con J~ - ambos rieron mientras seguían comiendo y charlando.
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Era El Destino | DIORGE
RomansDos jóvenes de 18 años se conocen en un hospital psiquiátrico, uno muy simpático y el otro muy frío, polos opuestos se atraen, no?