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(Al día siguiente. 8:00 AM)

Sebastián llegó al mini super, siendo recibido por el jefe de la tienda, quien le entregó su uniforme. El chico lo miró un poco confundido, pero igual fue al baño y se cambió la playera.

Después de eso, lo presentó a los demás del área, y su primer tarea fue la de acomodar un par de cajas con ayuda de una chica de cabello naranja llamada Quetzali.

Llegaron al almacén, y una vez que dejaron todas las cajas en el suelo, pudo ver mejor a la chica.

Bajita, de piel pálida y con unas ojeras que le hacían lucir como zombie. El pelirrojo se asustó un poco al verla.

— No te confundas... — Habló la pelinaranja con voz lenta — Ya tengo estas ojeras desde hace años... Aquí no son tan malos como en otros lugares

— Khe? — el menor ladeó la cabeza

— No te hagas... Pensaste que tenía estas ojeras por el trabajo

— Ah... Lo siento

— Tranquilo... No eres el primero que piensa eso

— Disculpe?

— ... Nada especial... Vamos, tenemos trabajo que hacer

Dicho esto tomó una caja y la levantó con cuidado. El pelirrojo la imitó.

Mientras estaban terminando de acomodar las cajas, otros empleados pasaron por el lugar. Parecían hablar de algo, o mejor dicho de alguien, ya que Sebastián alcanzó a escuchar su nombre, así como que dijeron algo de sus ojos.

El chico cerró el puño con fuerza, se quedó mirando al suelo unos segundos y regresó a trabajar.

(4:30pm)

Abrió la puerta, encontrándose al azabache dormido en el sillón. Sonrió de lado.

Entró cerrando la puerta tras de él, se acercó al chico y con voz suave le habló para despertarlo. Poco a poco Iván fue despertando.

Ambos se levantaron y fueron a la cocina para preparar algo para comer.

Sebastián le contó cómo le fue en su primer día de trabajo mientras Iván lo escuchaba, y cuando fue su turno de hablar sólo se la pasó quejándose del viejo y de los demás ayudantes, cosa que le causó gracia al más alto, pues ya esperaba algo así viniendo del ojimorado.

(Fin de semana. 1:30 pm)

El pelirrojo se dejó caer en la silla del comedor. Daba gracias a dios que hubiera un mini comedor en el lugar.

— Felicidades — Habló Quetzali — Sobreviviste la primer semana...

— Gracias por su apoyo — Respondió el menor con sarcasmo

— Aunque no lo creas... Han habido varios que no soportaron ni tres días

— Oh, en serio?

— Así es...

— ... Una pregunta, cuánto tiempo lleva aquí?

— Tres años

— Qué?! — Sebastián se sorprendió — P- pensé que tenía más tiempo

— No te preocupes... Con la cara que me cargo es normal que piensen eso...

— ... Cuántos años tiene?

— Por qué?

— No sé, la veo pequeña, pero algo me dice que ya tiene más de veinte

— Je... Eres el primero que me dice eso... Y tienes razón, tengo 27

K.O.F. : "Cenizas del Pasado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora