#12

9 0 0
                                    

(Al día siguiente. Con Sebastián)

Se encontraba acomodando unos productos de la sección de lácteos, cuando de un momento a otro sintió que lo jalaron de la playera, y en ése mismo momento cayó uno de los carteles que colgaba con una promoción delante de él.

— Eres tonto o qué? — Cuestionó Quetzali con pesadez

— Ah... Lo siento... — Respondió el pelirrojo mirando a todos lados, pues la chica estaba un poco lejos para haber sido ella quien lo jaló

— Sí, claro... Lo iba a sentir más por tu cabeza

— Lo lamento

...

— Qué tienes? — Preguntó la mayor con curiosidad

— Nada especial

— ... Si quieres puedes descansar media hora

— En serio, estoy bien, no necesita hacer esto

— Sí pues... Te informo que no te estoy preguntando — Exclamó la mujer al mismo tiempo que empujaba al chico y lo llevaba hasta la bodega — Ahora, te quedas aquí media hora... Si sales antes te golpearé — Advirtió levantando una ceja

El pelirrojo no dijo nada, sólo asintió en silencio.

Para su sorpresa, esa media hora le ayudó bastante, por lo que una vez pasado el tiempo salió y continúo con sus labores con mejor ánimo.

Llegada la hora de salida, entró en pánico, pues estaba seguro que el azabache podría insistir en el tema de su familia, y no tenía ganas de hablar de eso.

Para su suerte, Quetzali se tardó un poco en salir, por lo que la "invitó" a pasar la tarde, para así no llegar al departamento.

(Un par de horas después. Con Iván)

Estaba muy molesto.

Ya era de noche y el pelirrojo no daba señales de vida. Le estuvo mandando mensajes toda la tarde. Mensajes que había ignorado así como sus llamadas.

Quería esperarlo así llegara la media noche, pero el cansancio le pudo más, por lo que terminó quedándose dormido en la sala.

(9:40 AM)

Despertó lentamente. Se quedó mirando el techo unos segundos, y cuando recordó que era fin de semana, se levantó y fue a la habitación del ojiazul sabiendo que no tenía excusas para escaparse esta vez.

O eso creía, pues al entrar en la habitación se llevó la sorpresa de que el chico no estaba.

Enfurecido tomó su teléfono y lo llamó. Casi de inmediato, escuchó algo sonar debajo de la cama; Sebastián había dejado el teléfono.

Iván no podía creerlo. Todas sus emociones estaban revuelta, tanto así que terminó gritando, lo cual causó que un remolino de destellos apareciera a su alrededor, y que todo lo que estaba cerca de él salió volando.

Pasados unos cinco segundos aquel remolino desapareció, dejando al chico bastante confundido y más molesto de lo que ya estaba.

Así transcurrieron varios días: El pelirrojo llegaba muy tarde entre semana, y los días de descanso se desaparecía desde muy temprano y no volvía hasta casi la madrugada.

Hoy no fue diferente.

Se encontraba en un McDonald's comiendo con Quetzali. El pelirrojo se la pasaba haciendo chistes. La chica lo miraba en silencio; esperó a que terminara otro chiste, dejó su refresco en la mesa, soltó un suspiro, haciendo que el chico la observara atentamente.

K.O.F. : "Cenizas del Pasado"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora