━━ 𝟏𝟖: el corazón es una flecha

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎━━━🐦‍⬛━━━

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐈𝐄𝐂𝐈𝐎𝐂𝐇𝐎
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𝓡andvi

𝐋𝐎𝐒 𝐒𝐄𝐈𝐒 𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐀𝐑𝐎𝐍 𝐃𝐔𝐑𝐀𝐍𝐓𝐄 𝐇𝐎𝐑𝐀𝐒 𝐘 𝐇𝐎𝐑𝐀𝐒, haciendo pequeñas conversaciones para pasar el tiempo. Era un trayecto de dos días hasta Os Kervo, pero Randvi rezaba para que les llevara más tiempo.

No podía regresar a Ketterdam con las manos vacías. Sin Alina, no recibiría su premio de un millón de kruge, ni sería libre sin la cabeza de Kaz para Pekka. Randvi ya no podía depender de la protección de los Despojos ni de Kaz, no desde que él se enteró de su traición planeada. 

No importaba que Randvi no hubiera traicionado a Kaz. Había roto su confianza, una confianza que nunca se reconstruiría. 

Randvi pasó la mayor parte del primer día caminando en silencio, rezagada detrás de los demás, consumida por sus pensamientos. ¿A dónde iría? ¿A Novyi Zem? ¿A la Isla Errante? Pekka le había dicho que la perseguiría todos los días hasta encontrarla, que nunca viviría libremente mientras le debiera. Podía sobrevivir, vivir día a día, moviéndose de un lugar a otro. Pero, ¿qué vida era esa? Ya había estado huyendo una vez antes y había jurado que nunca lo haría de nuevo. 

¿Podría ir a Fjerda? ¿Esperar a que los Drüskelle hubieran dejado de buscarla, que la gente hubiera olvidado la historia de la chica que podía predecir el futuro? Tal vez podría buscar a su hermano y los dos se reunirían. O tal vez el Oscuro la estaría buscando. 

Quizás nunca estaría a salvo. Quizás nunca sería libre.

Randvi quería creer que Inej había encontrado una manera de hacer que se quedara, que habría convencido a Kaz de cuidar de ella. Quería creer que Kaz nunca le daría la espalda de verdad. 

Pero parecía que ambos tenían otras cosas en mente. Habían empezado a encontrar una razón para luchar. 

Lo había percibido en la forma en que Kaz le había dicho a Inej "te necesito" durante su caminata. Lo había visto en la mirada que Inej le dio, en la forma en que sus labios se separaron y sus ojos se suavizaron. Kaz necesitaba a Inej, pero no la necesitaba a ella. Nunca la había necesitado. 

Todos esos años, Randvi se había mentido a sí misma, buscando significado en cosas sin sentido, cada vez que Kaz le pedía que lo acompañara en un trabajo, cada vez que se sentaba a su lado en el Club Cuervo. Todo eso no significaba nada. Para él, ella no era más que una inversión, una conveniencia. 

Nada de eso había sido real. 

Mientras los seis comenzaban a preparar un campamento para la noche, el cielo empezaba a oscurecerse y adquirir un tono profundo de color púrpura y azul. Randvi sentía una rabia burbujeando dentro de ella. Kaz le había mentido. A pesar de saber que era un tramposo, Randvi se sentía traicionada y como una farsante. Había depositado su confianza en un chico que no le importaba. 

𝐀 𝐒𝐄𝐄𝐑'𝐒 𝐒𝐎𝐋𝐀𝐂𝐄 | Kaz BrekkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora