3• 𝐋𝐚 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚

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Ya ya sigamos










☆彡彡 ミミ☆










— ¿Que sucedió? — Juan miraba a robleis, que seguía inconsiente, estaba recostado sobre la cama, y un pañuelo húmedo en su frente.

— Llegamos hacia acá, dijo que se prepararía un te, yo estaba en la Sala de estar, escuche un ruido y ví a robleis intentando sostenerse con la barra, entonces fui a ayudarlo a apoyarse, y ví que sus rojos se volvieron de una tonalidad Roja, fue muy extraño boludo. — le relato todo lo que pasó a Juan, este entrecerro el entrejo creyendo saber lo que pudo aver pasado.

— Ya es la segunda vez que sucede esto — el hechicero, quitaba el pañuelo de la frente de robleis, para exprimirlo y volverlo a humedecer con una cubeta de agua fría lo exprimio denuevo para que no estuvier tan cargado de agua. Y lo volvió a colocar en la frente del castaño.

—¿Segunda? — pregunto curioso el híbrido, sus orejas se habían levantado por completo dando a entender, que quería saber que le sucedía a robleis realmente.

— Si, ya había pasado antes, pero no tan fuerte como hoy — se levantó de su asiento y fue hacia la cocina, revisó el refrigerador y buscaba algo para darle a robleis cuando despertara. Vio una Mandarina, eso le podria servir. — Spreen — llamó al híbrido oso, este solamente lo miro esperando que le diría.

— ¿Sabes cocinar? — pregunto

— Uhm, ¿Si? — Trato de no sonar nervioso.

— Cocina algo para cuando robleis despierte recupere fuerzas, y tambien le das esta mandarina — tomó la mandarina y se la tiro al de orbes lilas, este en un reflejo exelente la atrapó Sin llegar a moverse mucho, con solo su mano derecha. Entrecerro las cejas confundido.

— ¿Y por que yo? — igual no le molestaba por que era robleis, pero no lo diría.

— Iré por algo, no tardare — dijo Juan, hizo el movimiento extraño con sus manos, y un portal se abrió, spreen suspiro y fue hacia la cocina, la mandarina seguía en su mano, la deja sobre la mesa, y fue a buscar si había algo fácil de cocinar en la alacena, por suerte había una bolsa de capelettinis, el sabía cocinarlos así que no tardo mucho. Al terminar de cocinar, lo dejó ahí en la hoya, ahora no tenía nada que hacer. A lo lejos vio al castaño, inconsiente.

Fue hacia el, se sentó en la silla en la que anteriormente estaba sentado Juan, poso su codo con su pierna y colocó la Palma de su mano en su barbilla, recargandose sobre su brazo, lo miro con Detenimiendo y tranquilidad, inconsientemente su pequeña cola se empezó a menear, miraba a robleis tan tranquilo le relajaba. Se quedó mirando a robleis por un buen tiempo.

— ¿Ya pídele una cita no? — Habló Juan a su lado, Spreen se sobresalto por culpa de Juan, no sabía en que momento había llegado, posiblemente uso un portal.

— Vuelve hacer eso y te rompo las gafas — Amenazó mientras Fruncia el ceño.

— Ya ya, tranquilo, pero ¿Le pediras una cita? — pregunto denuevo.

— Y ¿Por que debería pedirle una cita? — miro incrédulo al hechicero que estaba de pie a su lado.

— ¿Y por que no?, se nota a leguas que te gusta — sonrió

Ojos rojos - Sprobleis [hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora