— Jonathan, mi niño no tienes que hacerlo si lo deseas — tomó la mano de su nieto — quédate conmigo, no mereces sufrir de nuevo.
Jonathan besó la mano de abuela con cariño, sellando la promesa que regresaría a casa tan pronto se reencontrará con su padre en Rusia.
— Prometo no tardar, sólo le daré la carta y volveré tan pronto como pueda abuela. Tu dedícate a descansar — salió de la habitación del hospital de Metrópolis para tomar su primer vuelo a Ekaterimburgo, una cuidad ubicado en el oeste de Rusia, dónde se reuniría con los hombres de su padre.
Suspiró cansado viendo la tierna imagen de Damian Wayne, antes de subir al avión en espera de su destino.
Lo extraño demasiado... soy un idiota por haberlo dejado ir.
La vida Jonathan Kent estaba apunto de dar un giro de 360°. Ya no volvería a ser un periodista común como él deseaba, ¡Adiós a los cafés matutinos en Cher's! como los iba a extrañar.
— Mi señor Clark, el joven amo acaba de aterrizar, ya mandé a Hal Jordan por él — Barry hizo una reverencia al jefe primero de la mafia Rusa — desea algo más de mi señor.
— Así que mi hijo ya viene a casa, esto amerita una celebración digna de un rey — tomó una invitaciones en su mano; se las extendió a su mayordomo — dile a Diana que se encargue de repartirlas, y que no se le olvide “ninguna en específico”.
— Comprendo, mi señor.
Barry Allen acató la orden de inmediato. Las palabras del señor Kent eran ley en su país, más que el propio presidente ruso. Él cuál lo tenía comiendo precisamente de sus manos en estos años de prosperidad para la mafia rusa.
— Mi querido amigo, Bruce ya quiero ver tu cara regocijada de furia cuando sepas que yo tambien tengo un heredero — bebió una gran copa de champagne en compañía de una gratificante melodía de Antonio Vivaldi.
La guerra entre clanes por él puesto número del Rey estaba por empezar, ¿Cuál hijo sería el ganador para ser el próximo zar?
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Jonathan Samuel Lane no lo podía creer, su padre lo había presentado como su próximo sucesor de su imperio ruso, en la fiesta de su cumpleaños n°58. Estaba muerto.
— Ese viejo despreciable me mintió a la cara — murmuró por debajo, siendo el centro de atención de la fiesta y los invitados.
Los cuales los aplausos no tardaron aparecer como las miradas de muerte para aquel reportero. Pero la mirada que a Jonathan lo partió en dos fue la de Damian Wayne, su dulce ex-novio.
— Dami... — trató de llamarlo, pero los anfitriones no le dejaban pasar. Mientras veía a lo lejos como su reconquista de noviazgo se iba de la celebración.
Damian Wayne estaba devastado, él primogénito de Clark Kent era el hombre del cuál estaba enamorado. Pero que estupidez había cometido en su vida al entregar su corazón a su enemigo, a uno que no se merecía nada de él.
— Tenías que ser idiota Damian — se tocó la cabeza con frustración — de todos las personas del mundo que tenías para poseer, él es único dueño de tu corazón. ¡Maldito sea el amor! ¡Maldito sea!
Desató su furia encontrá de unas rosas del invernadero, haciendo que las espinillas se clavaran en su piel para que sintiera el verdadero dolor de la traición. Su padre iba a estar muy decepcionado de él.
— Dami — esa voz, era de su Jonathan — yo quería hablar cont... ¡Dios santo estás sangrando! déjame curarte.
— ¡No me toques! ¡Alejate de mí! — gritó de impotencia, cuando tiempo le había estado viendo la cara, ¡¿Cuánto?!.
Respiró profundo tragándose su propio orgullo antes de hacer una completa estupidez que desatará una guerra. Ya no estaba en Smallville para eso, sino en el territorio de su padre. Sólo pediría disculpas por la muerte del abuelo de Jon e iría a la fiesta con su familia.
Pero todo tenía que salir jodidamente mal, y ahora se encontraba besándose con su propio enemigo, quiso separarse del cuerpo de Jonathan, pero sólo consiguió que sus gemidos salieran al aire, haciendo más placentero el ambiente entre ambos.
— Te amo Damian Wayne, entrégame todo de ti, cada centímetro de tu cuerpo... — le susurró mediante su lóbulo — quiero que seas mío por completo, por favor di que sí, mi amor.
— Acepto si prometes nunca separarte de mi, jamás — correspondió al beso de su amante.
— Es una promesa, mi lindo Zar.
Al demonio la enemistad, si iban a tener sexo de reconciliación en el invernadero, su cuerpo lo aceptaría sin parpadear.
Mientras tanto en la fiesta de la mafia, el patriarca Bruce Wayne buscaba como perrito desesperado a su pequeño hijo, ¿En dónde rayos se había metido su bebé?
— Todd has visto a mi hijo, él estaba por aquí hace unos segundos — Jason negó con la cabeza, él también había perdido de vista al Zar — no me digas que ese imbécil de Kent le hizo algo de nuevo a mi bebé... ¡Lo voy a matar!, Dick alista las armas. Me voy a cargar ese viejo decrépito, yo mismo.
Grayson sonrió para calmar el corazón de su amado padre.
— No te precipites papá, Damian ya va regresar — respondió Dick con una copa de champagne en mano — mi hermanito es un lobo difícil de matar, de seguro sólo salió a tomar aire... ¡Hola linda, me das tu número!
— Seguro, guapo pero no será gratis — le contesto coqueta una mesera. La cuál tenía pinta de ser una cualquiera, justo el tipo de mujeres que le gustaba a su hijo mayor.
— Dios porque eres tan cruel conmigo, que cosas malas hecho para pagar así — se recriminó Bruce con la cabeza baja — yo sólo deseo cargar a mi nietos antes de morir, es mucho demasiado pedir ser abuelo.
Suspiró sobre su silla, deseando que su bebé estuviera bien.
¡Oh my god!, si tan sólo supiera el gran patriarca B que a su hijo le estaban dando una excelente cuidada de Santo Domingo.
Damian Wayne, no iba a caminar durante semanas con la cogida que estaba teniendo con su futuro esposo.
𝕿𝖍𝖊 𝖊𝖓𝖉.
[𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨 𝐫𝐞𝐬𝐮𝐛𝐢𝐫]
★★★15/07/23.
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Que no se noté que el final fue forzado, que no se note 🤞....
Tengan un bonito domingo^^
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★JonDami★ | pequeños one-shots
FanfictionHistorias cortas con diferentes temáticas, relacionadas con el shipp Jonathan Kent x Damián Wayne (JonDami). Espero les guste, besitos espaciales 💫🚀💫.