★JonDami★ | pequeños one-shots

★No puedo hacerlo sin ti★ - JonDami

— ¿Qué haces aquí? — le pregunto a su novio, sumamente asustado. Esto no estaba bien, no era bueno que Damian estuviera junto a él — este lugar es peligroso, debes irte Dami.

— No me iré Jonathan, vine ayudarte — contestó — se como detener a Luthor, leí sus planos.

— Eso no me interesa ahora Damian, lo que me importa es que te pongas a salvó — lo cargó entre sus brazos, pero el mayor de sus problemas apareció. Debía refugiar a su novio del peligro inminente — quédate aquí, no te muevas.

Quedarse quieto por favor, su apellido era Wayne nadie le decía que hacer, ni siquiera su futuro prometido.

— Luthor tus días de maldad se acabaron, ríndete ahora y seré severo contigo — Lex Jr se rió por las palabras de su viejo amigo. Realmente creía que con ese discurso lo convencería, estaba loco. Lo único que podía aliviar su ego, era verlo muerto.

Lanzó varias granadas de humo, dejando incapacitado al kryptoniano. Él no podía moverse, ya que el humo no era solamente humo, sino kryptonita pura. Su debilidad.

— Hay Kent, creo que está victoria es mía — se acercó a él — pero no te preocupes le enviaré saludos a tus abuelos por ti. Buenas noch...

Una leve piedra fue lanzada a su toupée, dejando ver su calvicie.

— Quien anda ahí, sal dónde quieres que estés, te prometo no hacerte daño — Damian ignoró las palabras de ese calvo, lo importante ahora era darle el traje de nanotecnología a su novio, aunque fuera un prototipo, él tenía fé que lo protegería contra la kryptonita.

Se acercó entre los coches hacia Jonathan para colocar el aparato en su manos, sin sentir que Luthor lo tomaba entre sus brazos sobre el cielo.

— ¡Superboy pulsa tu pecho y el traje se activará! — gritó su prometido — ¡Oye suéltame, maldito idiota!

Lex lo agarró de los cachetes, dejando ver sus hermosos ojos de jade. Damian Wayne era una hermosura de cerca, pero porque estaba trabajando con Kent a menos que supiera que su prometido era Superboy. Eso lo explicaba todo.

— Jonathan ahora tengo tú debilidad entre mis manos, lo quieres de regreso pues ven por él — salió del lugar, rumbo hacia la torre del reloj de Gotham.

— No te saldrás con la tuya Lex, Superboy te detendrá — advirtió Damian con una sonrisa — mi novio va patear tu feo trasero.

— Eso veremos, pero por ahora, adiós dulzura — soltó su mano, esperando que impactará contra los vidrios de la torre del reloj, pero por suerte Superboy lo había atrapado en el aire, protegiendo lo del peligro de la caída.

— ¡¿Damian, estás bien?! ¿No te lastimaste? — preguntó debajo de su novio.

— Si estoy bien... ¡Jonathan, cuidado! — una granada fue lanzada hacia ellos. Damian cayó sobre los escombros de la torre — ¡atrápalo!

Le lanzó su lanza ganchos, él cuál lo atrapó al instante entre sus manos. Pero cómo es que su novio tenía algo de Batman, no me digas que ya conocía el secreto de su padre. Eso era imposible.

— Está alto, me alegra que el regalo de Jason sirviera de algo — sonrió en confianza, porque él sabía que Jonathan lo mantendría a salvó — aún sigues enojado conmigo.

— Para nada, cariño, para nada — lo bajó con cuidado sobre los engranajes del reloj — quédate aquí, volveré enseguida por ti.

Lo vió volar en dirección a Luthor mientras lo veía batallar en el aire, por suerte el traje de nanotecnología de plomo era un rotundo éxito. Cuando llegará a casa le agradecería a Alfred por haberle ayudado a armarlo, pero primero como dijo su prometido «se mantendría a salvó».