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Para Jason Peter Todd, Damian Bruce Wayne Al'Ghul su hermanito pequeño de cuatro añitos de edad, lo era todo en el mundo. Y haría cualquier cosa para protegerlo, incluído de un kryptoniano de cinco años de edad que lo acechaba cada rato.
— Ma puedo jugar con Dami a las escondidas — sugirió Jon, viendo al pequeño Wayne, siendo consentido por Grayson.
— Seguro cariño, sólo no vayan muy lejos, entendido — el pequeño asintió alegre ante las palabras de su madre, llendo a tomar la mano de Dami para irse a jugar, mientras Dick contaba hasta treinta en aquel árbol de manzanos.
En ese preciso instante un joven universitario de cabellera negro con mechón blanco, ingresaba a la mansión super cansado. Después de un extenso día de patrullaje nocturno. Alfred lo recibió alegre con una taza de su té favorito para relajarse un rato en el sillón, informando que había visitas en su cómodo hogar.
— Así que Los Kent están de visitas, ya veo — mordió una galleta de chocolate recién horneada, entrando al paraíso del dulce — ah Dami, le encantan estas galletas, iré por él.
— Amo Jason, el joven Damian está jugando en el jardín junto, el maestro Grayson y Jonathan — dijo Pennyworth, retirándose a la cocina para preparar el almuerzo con ayuda de Selina y Lois.
— Así que ese niño también está aquí — mordió su última galleta, incorporándose a su habitación para una remuda de ropa limpia — ni crea que le dejaré el camino fácil.
«Nadie me va a quitar a mi hermanito.»
Dejó sus cosas en su habitación y se dedicó a buscar al pequeño por los alrededores de la casa. Divisando su figura afuera del jardín, en compañía del fastidioso Kent.
La amargura de sus días.
— Veo que están jugando a las escondidas, me puedo unir a ustedes — sugirió Jason, besando la pequeña mejilla de Damian y recibiendo un «sí» como respuesta — Dami, mi lindo hermanito te extraño mucho. ¿Tú también extrañaste mucho a Jay Jay?, porque yo sí.
— Jason me haces cosquillas jejeje — pronunció entre risas, mientras era tocado por Grayson en la mejilla. Damian había perdido el juego y todo porque Jason no podía controlar sus celos sobreprotectores de hermano mayor.
Pero no podían culparlo, él tenía una corazonada sobre Jonathan. Algo que su instinto de anti-héroe lo llamaba peligro eminente. Rayos ya se parecía a Bruce cuando conoció a Superman por primera vez, lo único que le faltaba era llevar kryptonita todo el tiempo.
Esperaba estar equivocado con su teoría y no tener razón en su lógica, pero Red Hood jamás se que equivocaba, esto caso no sería la opción.
Y si fuera poco su pesadilla más terrible se había hecho realidad. Ese pequeño alien, mini copia de Superman está besando los suaves labios de su hermanito.
