Al día siguiente acompañé a Gavi a La Masía.
Los chicos de allí me miraban un poco raro, pero era comprensible, no tenía mucha pinta de ser de allí.
Entramos en la que era su habitación y me miró sonriendo.
– Venga, voy a colocar esto un poco.– dijo cogiendo algunas camisetas que tenía por ahí tiradas.
Me acerqué a ayudarle y entonces empecé a sentir taquicardias.
Gavi tenía un gusto de ropa exquisito, pero bastante excesivo.
Acababa de ver una camiseta que costaba 300€.
Cogí la camiseta intentando no rozarla demasiado, la doblé y la dejé encima de su cama.
Él se giró y me miró fijamente.
– ¿Qué haces?– preguntó.
– Me parece excesivo gastarte tanto dinero en ropa, Gavi.
– Me gusta comprarme ropa.– dijo mirándome.
– Y me alegra, pero ¿no crees que gastarte 200€ en una sudadera es excesivo?– pregunté mientras me cruzaba de brazos.
Soltó un suspiro.
Sabía que tenía razón.
Me acerqué y lo abracé por la cintura.
– Oye, no te enfades, ¿vale? Sabes que quiero siempre lo mejor para ti, por eso no quiero que despilfarres el dinero de esta manera.
Él no decía nada.
– Además, me daría pena hasta mancharte una camiseta si quisiera ponérmela.
Me miró con una sonrisa y puso sus manos en mi espalda baja.
Después de aquello, me aparté y miré la habitación.
Había dos camas y tenían un escritorio en cada lado.
Miré a Gavi recoger algunas de sus cosas y entonces fui hasta el otro lado de la habitación.
– Te recomiendo no tocar demasiado.
– ¿Quién vive contigo aquí?– pregunté curiosa.
– Un amigo, se llama Biel.
Asentí mirándole y sonreí.
– ¿Todos tus amigos son de La Masía?
– La mayoría, Cristo, Biel, Aleix...
– Vale, ya lo pillo.
Se echó a reír y cogió una mochila.
– A los únicos que conozco son a los del Barça de Primera y a Mario y Ale.
Asintió y me senté en su cama.
– ¿Dónde está Biel ahora?
– Tienen entrenamiento por la mañana y después a la tarde, partidos de calentamiento.
Lo miré y le vi meter cosas dentro de la mochila.
Yo miré la parte de su habitación.
– ¿Fue duro?– pregunté.
– Al principio sí, el cambio de Sevilla a Barcelona fue una gran mierda. Después empecé a acostumbrarme a la ciudad y no me pareció tan mal, entonces fue cuando les dije a mis padres de vivir aquí, y aceptaron sin problemas. La Masía fue una ayuda para mí, porque sabía que no era el único nuevo, y que todos aquí estaban para aprender y llegar al primer equipo.
Sonreí.
Estaba orgullosa de él.
– Y pensar que yo te veía en la Liara.
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𝐒𝐀𝐌𝐄 𝐎𝐋𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionOlivia y Gavi se conocen prácticamente desde que llevan pañales, pero ¿qué puede cambiar en cuanto Gavi se va a Barcelona?