XXIX

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Gavi bajó sus manos hasta mi culo y lo apretó mientras nos besábamos.

Sonreí en el beso y entonces me mordió el labio.

Nos interrumpieron unos golpes en la puerta.

Así que me levanté oyendo a Gavi soltar insultos y maldiciendo.

Abrí encontrándome con Ansu y Balde.

– ¿Qué pasa?

– Nada, solo venimos a preguntar si queréis salir a visitar la ciudad.

– Claro, dadnos veinte minutos para arreglarnos y enseguida bajamos.

Ellos asintieron y cerré la puerta.

Gavi me miró fijamente.

– Vamos a la ducha, hemos quedado.– dije cogiendo ropa de la maleta.

– ¿Qué? Oh nena, venga ya. Estábamos en el mejor momento.

– Ya, pero nos han interrumpido y a mí se me ha bajado el calentón.– dije cogiendo ropa.

– Como podrás ver, a mí no.– dijo señalándose.

Me eché a reír y fui hasta el baño.

– Si vienes rápido, te ayudo.

Gavi abrió los ojos y entonces vino corriendo hasta el baño.

Después de la ducha y algún que otro roce, nos vestimos y nos metimos en el ascensor para buscar a los demás.

– Espero que sepas que me estás tentando con ese top.

– ¿Qué tiene de malo?– dije mirándome en el espejo del ascensor.

– Joder Olivia, vas sin sujetador y encima se te notan todos los pezones.

Me eché a reír y lo vi mirarme de arriba a abajo.

– ¿Estás segura de que quieres salir?

– Sí, quiero ver las luces de la ciudad.

– Yo puedo enseñarte otra luces, aunque más bien serían las estrellas.

Lo miré y me eché a reír.

Se acercó a mí y devoró mi boca.

La puerta se abrió y entonces me aparté para salir.

Los chicos estaban en el hall esperándonos.

– Ya era hora.– dijo Pedri

– ¿Os habíais ahogado en la ducha?– preguntó Ferrán.

– Yo creo que no ha sido por la ducha.– dijo Ansu riendo.

– Ansu, o te callas o comes suelo, ¿qué prefieres?– preguntó Gavi.

Yo reí y me acerqué a Sira sonriendo.

– Que guapísima.– dijo mirándome con una sonrisa.

– Tú también estás preciosa.

Salimos juntas y caminamos para llegar al centro.

Cuando llegamos me quedé embelesada con los edificios y las luces.

Gavi se acercó a mí y me abrazó de lado.

– Esto es precioso.

– Sí que lo es.– dijo mirándome.

Lo miré y sonreí.

– Hablaba de los edificios, cielo.

– Ya, y yo de ti.

Me reí y me abracé a él.

𝐒𝐀𝐌𝐄 𝐎𝐋𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora