XLI

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Narra Gavi

Los chicos habían organizado una fiesta en casa de Balde, en la cual prohibieron que trajésemos a las chicas, así que con todo el dolor de mi corazón tuve que dejar a Olivia en casa.

Sabía que iba a llamar a Sira y que quedarían para tomar algo.

Llegué a casa de Balde y este ya me esperaba en la puerta con una gran sonrisa.

– Hola hola Pablo.– murmuró riendo.

Sonreí y después de darme una colleja entramos.

Ansu estaba metido en la piscina y Ferrán llegaba con botellines de cerveza.

– Menos mal, una quedada de hombres.– espetó Eric saliendo de la piscina y alargando el brazo para coger una cerveza.

– Sí, pensé que iba a quedarme solo.– murmuró Ansu riendo.

Me senté y abrí una cerveza.

Los chicos y yo estuvimos jugando al FIFA, poniendo música y ahora habían decidido salir de fiesta.

Iba a negarme pero Ansu llegó hasta mí y me echó una mirada asesina para después meterme en la limusina.

– Olivia está bien. Deja de ser un calzonazos y pásalo bien.

– No soy un calzonazos.– dije mirándole.

– ¿Qué no?– se echó a reír.– Chicos, escuchadme, escuchadme. Gavi acaba de decir que no es un calzonazos.

Todos se echaron a reír menos Ferrán. Él me entendía.

– No soy un calzonazos. Es más, el que tiene la sartén por el mango en la relación soy yo.– dije mirándoles.

– Ya. Claro.

– Pues sí. Yo mando, y ella acata.

Me vibró el móvil y entonces lo cogí rápidamente.

Olivia me había escrito preguntándome cómo estaba.

Le pasé una foto y entonces levanté la cabeza viendo a todos mirarme fijamente.

Y ahí empezó la burla eterna.

Ansu se pegó todo el tiempo burlándose de mí.

Balde imitaba a mi novia y después a mí.

Pedri se reía a carcajadas y Eric daba las ideas de burla.

– Ya vale

– Gavi calzonazos. Gavi calzonazos.

– ¿Calzonazos? Y una mierda.– espeté mirándoles.– Mirad esto.

Agarré mi móvil y llamé a Olivia.

Balde bajó el volumen de la música y al tercer tono, Olivia me lo cogió.

– ¿Gavi? ¿Estás bien?

– Nena, ¿dónde estás?

– Paseando con Rocky, ¿por qué?

– Ve a casa ya, es tarde.

– Pero si ni siquiera es la una.

– He dicho que vuelvas a casa.

– Iba a quedar con Sira ahora para salir de fiesta.

– Ah no no no.

– ¿Por qué? ¿Acaso eres el único que puede salir?

Los chicos estaban aguantándose la risa.

– No. Pero no voy a dejar que salgas a estas horas.

– Podría decirte lo mismo.

– No es lo mismo, a mí no va a pasarme nada.

𝐒𝐀𝐌𝐄 𝐎𝐋𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora