XXV

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Los chicos estaban nerviosos. El clásico estaba a la vuelta de la esquina y entrenaban bastante tiempo.

Yo mientras había estado pasando tiempo con Sira, novia de Ferrán.

Era muy adorable y me caía genial.

Habíamos estado de compras y nos habíamos decidido por salir de fiesta aquella noche.

Los chicos no sabían nada y tampoco íbamos a decírselo, porque normalmente llegaban tarde de los entrenamientos.

– No estoy muy segura de esto, Sira.– dije mirándome en el espejo.

– ¿Cómo que no? Tenemos novios, pero también vida propia, y si ellos están haciendo lo que les gusta, ¿por qué no podemos salir a divertirnos un poco?

La miré y la vi ponerse un vestido negro muy bonito.

– Espera, voy a motivarte un poco.– dijo poniendo música.

Me reí escuchando "No se ve" y busqué que ponerme.

Me puse un vestido rojo y la miré sonriendo.

– Muy sexy, venga, vámonos.– dijo arrastrándome por el pasillo.

Fuimos en taxi y llegamos a la zona de discotecas.

La música sonaba por todo el lugar y Sira me agarró del brazo para entrar en una que se llamaba "Beach Club"

Sira fue hasta la barra y me miró sonriendo.

– Voy a pedir algo explosivo.– dijo mirándome sonriendo.

Reí y empezó a hablar con uno de los camareros.

Nos puso una jarra enorme de algo que había estado mezclando y miré a Sira sonriendo.

– Se llama Sex On The Beach.– dijo mirándome.– Lleva vodka, licor de melocotón, zumo de naranja y zumo de arándanos.

Nos echamos en unos vasos y bebí.

Abrí los ojos sorprendida y Sira me miró riendo.

– Esto mola.– dije sonriendo y bebí.

Sira y yo nos hicimos una foto y acabó subiéndola a sus historias.

Yo bebí bastantes copas de eso.

Y fui a la pista para bailar.

Sira me siguió sonriendo.

Todo el mundo empezó a saltar y Sira y yo nos unimos riéndonos.

Estuve yendo y viniendo a la barra, tanto que me hice amiga del camarero.

Mi inglés borracha no era muy bueno, pero al menos él no me juzgaba.

Mi móvil empezó a vibrar en mi bolso y lo cogí.

– ¿Olivia?

– Gavi.– dije sonriendo.

– ¿Dónde estás? Hay mucho ruido.

– En la tecadisco, osea, discoteca.– dije riendo.

– ¿Estás borracha?

– No... He bebido Sex On The Beach... ¿sabes? Podríamos probarlo.

– ¿Eh?

Me reí apoyándome en una pared que encontré y vi a Sira venir hasta mí sonriendo.

Se fue cayendo y me tiró el cubata encima.

– Tía, cuidado.– dije agarrándola.

– Ay va, te he manchado.

𝐒𝐀𝐌𝐄 𝐎𝐋𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora