iv. romantic welcome

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"romántica bienvenida"

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"romántica bienvenida"


Mitad de abril y Madelyn ya se sentía derrotada, había vuelto a casa hace pocas horas luego de dejar atrás la primer parte de su gira por Estados Unidos, y la cama fue a lo único que abrazo apenas llegó. También extrañaba demasiado a Paul, la última vez que estuvieron realmente juntos fue para la boda de Katherine, luego de eso cada uno se dedicó a sus trabajos y se distanciaron por varios días.

Al llegar a la casa que tenían en California él no se encontraba ahí, lo único que había de él en casa eran sus cosas y Madelyn supuso que todavía estaba en sus lecturas de guión. Estaba agradecida de que él no esté en el departamento, durante el vuelo ansío con sorprender a su novio, así que sin más esperar se escondió en un punto de la casa cuando apenas escucho las llaves dar vuelta en la puerta.

Madelyn escucho la puerta abrirse y vio como Paul dejaba su abrigo sobre el perchero, luego vio como él caminaba hasta la cocina y sacaba el alimento de gato y lo servía en el platito del minino. Luego él volteo a abrir la heladera para servirse un poco de agua saborizada de manzana, casi tomándola de un solo trago, como si estuviera sediento.

—Oh, tu también tienes sed. ¿No, hijo? —preguntó Paul mientras dejaba su vaso sobre la mesada y se agachaba para acariciar al gato que comía de su plato.

Eso hizo explotar de amor el corazón de Madelyn, amaba tanto a ese hombre que le era imposible creer que de verdad lo tenía como novio.

Cuando Paul volvió a su postura erguida para poner agua en el plato del gato, Lyn aprovecho aquel momento para salir de su escondite y abrazar a su novio por la espalda.

—Buenas noches, cariño. . . —dijo Lyn con voz suave mientras dejaba unos besos en la espalda de Paul.

Paul salto del susto, obviamente no esperaba aquello, al darse cuenta de quien lo abrazaba logró tranquilizarse. Volteando de inmediato y rodeando en sus brazos a su chica, casi levantandola del suelo de la emoción.

—¡Amor mío! —Exclamó Paul bajando al suelo a Lyn y observando los ojos de ella. — ¿En que momento? Podrias haberme avisado y hubiera ido por ti al aeropuerto, linda. —dijo Paul y Lyn negó de inmediato.

—¿Y arruinar mi sorpresa? —contestó Madelyn luciendo una bella sonrisa en su rostro. Paul sonrió al ver esa carita en persona después de tanto tiempo, y sin preguntar acerco su rostro al de ella y le robo un beso.

Durante una sesión de besos necesitados, Lyn sintió pena de tener que separarse de él para tomar un poco de aquel aire perdido. El ambiente de la cocina le causó hambre, o tal vez serían las horas en las que no había comido nada.

—¿Vamos a comprar algo para cenar? —dijo Madelyn y Paul levantó una de sus cejas confundido.

—Podríamos pedir comida en línea, como siempre lo hacemos, Lyn. —dijo Paul mirando a su novia, quien le sonrió y se separó de él para correr a buscar un abrigo.

—Vamos, extrañe pasear por el barrio. . . —dijo Lyn mientras se ponía su abrigo y tomaba el de Paul para dárselo.

Él observó a su chica por unos pocos segundos, conociéndola era común que quiera salir a estas horas a recorrer el barrio, y luego con una dulce sonrisa acepto el abrigo. Al salir fuera del departamento Madelyn saludo a varios de los conocidos que tenían en el edificio, a los vecinos que volvían de sacar a sus perros, al de seguridad, a la abuelita que paseaba por los pasillos e incluso al perrito callejero que se quedaba en el edificio.

Cuando Paul pensó que había sido suficiente un par de chicas se acercaron a saludarlos cuando llegaron a la tienda donde comprarían la comida, Madelyn las saludo con mucha emoción y se tomo fotos con ellas. Luego dentro de la tienda más fans los reconocieron y quisieron fotos con ellos dos, y aunque ambos estén cansados dieron lo mejor de ellos.

Al volver a casa prepararon la cena juntos como les era costumbre, cenaron mientras charlaban como les había ido todo ese tiempo en el que no estuvieron juntos y terminaron viendo una película en su habitación. Ella reposando su cabeza en el hombro de él, un plan que definitivamente Madelyn amaría repetir.

Media hora de película y ya se estaba volviendo aburrida, para pasar el rato Madelyn busco algo con lo que entretenerse. Llevando una de sus manos a acariciar el rostro de Paul, sus intenciones al principio eran molestarlo pero cuando sus ojos conectaron con los de él sus intenciones fueron diferentes.

Sin decir nada, como si estuvieran esperando eso desde hace rato, Lyn llevo sus labios a los de Paul comenzando un suave beso que luego se volvería una guerra de besos necesitados. Paul ayudó a Madelyn a sentarse sobre su regazo sosteniéndola por la cintura sin quitar sus manos de ahí.

—Te extrañe tanto, Lyn. . . —murmuro entre besos, Paul.

—Yo también lo hice, cariño. . . —respondió Madelyn mientras separaba sus labios por un momento para poder quitar del cuerpo de Paul la remera blanca que cubría parte de él.

Era algo inevitable, odiaron estar separados durante las últimas semanas de Abril, el pensar en volverse a ver era algo así. Momentos como estos quedarían grabados en sus mentes, sus noches románticas eran únicas y ninguna de ellas se igualaba a la anterior, cada una de ellas tenía algo que lo hacía diferente. . .

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Mi suerte, Paul mescal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora