Solo Mira [Yoonmin]

Capítulo 39

Yoongi 윤기

Salí de mi habitación después de un bostezo.

Tengo hambre.

Me sorprendí al encontrarme a Jungkook en el pasillo.

Ni siquiera sé porque me asombré. Literalmente ese chico se la vivía en mi casa para visitar a mi hermano 24/7.

Esa era una de las razones por las que me la pasaba en mi cuarto encerrado.

Aunque aún veía medio borroso después de mi larga siesta pude reconocer a él y a Taehyung.

Jungkook lo estaba supervisando mientras él caminaba.

—¿A dónde van?—quise saber siendo consciente que normalmente la pasaban en la habitación de Jungkook.— ¿A la cocina?

—No—respondió mi hermano.—Iremos a comer pizza.

¿Cómo? ¿Había escuchado bien?

—Imposible—espeté convencido.—¿y mamá?

—Está abajo y quiere hablar contigo—ahora me habló Jungkook.

—Me refería a si los dejaba salir—dije obvio.

—Sí—declaró Taehyung emocionado.

Como dije: Imposible.

Iba a decir lo poco probable que era eso y que dejaran de tonterías y volvieran al cuarto. Después de todo yo era el mayor del ellos.

Pero no quise hacerlo.

¿Cuánto había pasado para que mamá dejara salir a Taehyung? Probablemente un año.

Me esforcé por no sonreír.

—Que se diviertan—dije finalmente para ir a bajar las escaleras.

Pude jurar que sentí la mirada extrañada de Jungkook sobre mí. La ignoré.

Jungkook era un caso. Era un niño bipolar y problemático.

Y un niño bipolar y problemático no podía empatizar con uno que era igual.

No podría negar que sentí algo cuando me abrazo al casi caer por las escaleras el otro día. Pero fue el último abrazo. Ya no habría otro.

Después de todo ahora yo debía sostener otra relación.

No podía evitar pelearme con Jungkook de vez en cuando, pero lo superaría con el tiempo.

Lo único que me unía con él era Jimin y también era cuestión de tiempo para que él también desapareciera de mis pendientes.

Encontré a mi madre en la cocina enviando algunos mensajes con una taza de café en las manos.

—Hey—saludé informalmente.—Jungkook me dijo que me hablabas.

Ella asintió recibiendo bien mi llegada. Pero aún con su cabeza metida en el celular me hizo una señal con sus dedos indicándome que le diera un momento.

Me senté en los asientos de la barra.

Mmh... en esta barra besé a Jimin.

Aunque ese día estaba terriblemente drogado entonces no me comporté tan debidamente...

Tomé la cafetera para servirme del café que ella había hecho seguramente no para mí, pero daba igual.

Tomé la taza que estaba ahí.

Mmh... Está taza es igual a la que Jimin rompió ese mismo día.

Es tarde... pensé eso mirando la oscuridad de la ventana.