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Pov. Ace
El primer día que ví a Marco casi desnudo fue algo gracioso, era un día cualquiera en uno de mis regresos al Mobby Dick, estaba cansado de el viaje y solo quería descansar en brazos del hombre al que amo.
No lo ví en el transcurso del día por el trabajo que tenía que hacer con Pops, revisiones , papeleos, entre muchas cosas más y el cansancio decayó en mi narcolepsia un par de veces al día; tras casi anochecer me colé en su camarote acosandome en su cama.
Me cubrí por completo con las mantas llenando mis fosas nasales de aquel aroma a piña y mar de Marco, no fue hasta un tiempo después que escuché la puerta abrirse y cerrarse seguido de el seguro.
Mire por una rendija en las cobijas a Marco con una cara de pocos amigos — aún más de lo normal — caminó hasta su closet tomando una camisa blanca holgada y unos pantalones más cómodos para dormir.
Con fatiga comenzó a quitar su camisa dejándola de lado para después seguir con sus sandalias y finalmente su pantalón, me sobresalté al verle de aquella forma haciendo notar mi presencia ante el comandante, que con una mueca me descobijo aún sin tener más que su ropa interior puesta.
Me arrojó una de sus sandalias a la cara replicandome que no debía entrar a su camarote sin su consentimiento y prosiguió a ponerse la ropa para dormir que había apartado antes.
Joder, si no hubiera sido porque Marco estaba agotado; hubiésemos follado esa noche hasta el maldito amaneces, pero bueno, al menos dormí abrazado a el sin escuchar queja alguna.
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