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Pov. Ace
¡Demonios!
- ¡¿Marco donde estás?! - Exclamé ya realmente preocupado, hace mas de dos semanas que estoy buscando a Marco
¡Y no lo encuentro por ninguna parte!
Tatch y Vista me dicen que no me preocupe, pero él nunca me deja solo por tanto tiempo sin decirme donde está.
¡estoy tan malditamente preocupado!
- ¡¡Marco!! - Grité desde la cubierta del barco, mis esperanzas están comenzando a decaer....
¿Y si ya no me ama?
¿Marco ya se cansó de mí?
¡¿ Me odia ?!
Me da pavor pensar en que eso suceda, pero.... ¿y si es asi? No puedo obligarlo a estar siempre conmigo, ¡claro está!
Marco no me pertenece él es libre de dejarme y hacer su vida....
con alguien más....
- ¡ Ace ! - Escuché a Izou llamarme ví hacía él y noté un deje de preocupación en su rostro.
- Lo encontramos, ven rapido - su expresión más su tono de habla no me dan tan buena vibra, Marco, espero estés bien....
Entré con bastante dificultad a una habitación llena a tope de documentación que no comprendo mucho, pero todo esta terminado ¿qué haría Marco ahí?
Finalmente tras dos dias sin acto de presencia le miré.... estaba dormido sobre unos papeles, una pluma estaba próxima a su mano y llevaba sus lentes puestos, unas grandes ojeras ahora adornaban la cuenca de sus ojos, estos documentos....
¡¿Él los terminó solo en dos semanas sin comer ni beber nada?!
Marco idiota, ¿porqué tienes que sobre exijirte tanto?
Quise despertarle, pero Izou me recomendó solo llevarlo a su habitación, Jozu me ayudó a llevarlo - Marco es muy pesado para mi joven cuerpo - al llegar lo recostó, con sumo cuidado de no despertarlo, en su cama.
Marco se quejó pero siguió durmiendo, demonios detesto verlo de esta forma tan demacrada.
Tras todos irse, cerré la puerta y me acurruque a un costado de Marco, le observé en silencio y sin mucho esfuerzo caí en brazos del morfeo. Después de dos semanas, puedo dormir alado del hombre que amo otra vez; Idiota eso es, un idiota que no sabe pedir ayuda en su trabajo de papeleo.
- Descansa Marco~ - le susurré apegandome a él, para finalmente caer rendido.
Dos malditas semanas en vela esperandole, por un momento mi imaginación me estaba matando.... Pensar en esas cosas son una tortura, pero realmente confío en el amor de mi estúpida piña.
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