II

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Jisung finalmente logra sentirse un poco más seguro con MinHo. Siempre creyó que MinHo sería una pesadilla para él, porque al principio lo fue, pero le estaba mostrando una fase muy diferente con él. Lo contrario al pasado.

—¿Te duele? —pregunta al acomodarlo en la cama—

—asiente— Sí, pero menos

—Encenderé la radio para que te relajes, ¿Te parece?

—Sí... —dice despacio—

Al encender la radio, regula el volumen a uno ambiente y va cambiando la sintonía al gusto de Jisung, hasta llegar a una canción más o menos alegre.

—Ah... —se sienta al lado de Jisung— ¿Quién fue? ¿Qué pasó?

Jisung siente un nudo en su garganta y baja la cabeza, sin saber qué decir. Ni mucho menos cómo hacerlo.

—le espera y empieza a mover la cabeza, acorde al ritmo de la canción que sonaba—

Jisung se da cuenta, le mira unos segundos y de un momento a otro, él también mueve la cabeza.

Se sentía un poco más relajado. MinHo también se da cuenta y sonríe, aliviado porque no podía lidiar con un Jisung llorón. No sabía que hacer ante esa situación. Se veía ridículo siendo atento con un hombre.

Cambió la canción y Jisung recordó las preguntas que le hizo MinHo. Comenzando a recordar lo que había sucedido y a ese hombre cojo, volviendo a llorar.

—Hey, ¿Por qué lloras? —se sorprende y atina a darle un abrazo—

Sentía las manos de ese hombre tocarlo y golpearlo, llorando fuerte y con miedo. ¿Qué pensarán sus padres? Seguramente ese hombre negaría lo que hizo. Tal vez sus padres no lo querrían nunca más.

Aún peor, sus padres lo odiarían por ser gay, lo llamarían hippie, lo echarían del pueblo. ¡Capaz y lo exilian del país!. Todos se enterarían que le gustaban los niños y se burlarían de él.

—Jisung... Mírame —le habla despacio—

O aún peor, le harían lo mismo que hacía MinHo, Tae y Mark. Le harían un montón de cosas. Tal vez lo matarían y lo dejarían tirado en la carretera y un camión pasaría sobre su cadáver.

—Jisung —le da un suave golpecito en la mejilla, queriendo llamarle la atención—

Tenía miedo, y se sentía extraño. Se sentía demasiado desprotegido pero MinHo parecía más extraño. Él no era así. Él estaba fingiendo. Seguramente esperaría para hacerle daño por la noche, o tal vez esperaba a que le dijera qué le pasó para hacerle lo mismo.

MinHo le da un abrazo fuerte, tratando de ignorar lo ridículo que se veía dándole un abrazo a un hombre.

Jisung deja de llorar luego de un rato, pero aún apenado, rompe el silencio y despacio dice desde el hombro.

—El señor K-kang... Me obligó a hacer cosas... E-eh... Él me...

—¿Sabes por qué lo hizo?

—Me c-castigó p-porque... M-me gustan los niños

¿Los niños? ¿Jisung era gay?

Lo suelta por la sorpresiva respuesta, asustando a Jisung.

—¡No me hagas nada! ¡Por favor no! ¡Me gustarán las niñas! ¡Te lo prometo, no me hagas nada! —dice rápidamente, escondiendo su cabeza con sus brazos—

Inexplicablemente, a MinHo le dolió demasiado esa reacción. ¿Creía que le golpearía?

—No te haré nada...

En manos ajenas [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora