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Las indicaciones que Wei ChangZe sobre usar a Liebing funcionaron con el joven Jin RuLan haciendo que sea estable su núcleo, no había transcurrido más de dos horas desde que su vida se agitó tanto pero por alguna extraña razón no se sentía solo, s...

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Las indicaciones que Wei ChangZe sobre usar a Liebing funcionaron con el joven Jin RuLan haciendo que sea estable su núcleo, no había transcurrido más de dos horas desde que su vida se agitó tanto pero por alguna extraña razón no se sentía solo, sabía que ese Lan WangJi estaba ahí apoyándolo. Prefirió cambiarse de ropa pues había manchones de sangre y su imagen era importante ante su secta pero antes fue a avisar a las nanas de Jiang Yun cuidarlo aún más y no soltarlo, estaban bajo amenaza.

Los Lan se dieron cuenta de la facilidad con la que Jiang WanYin y ese Lan WangJi joven entablaban conversaciones como si de una gran hermandad se tratara. Algo que incomodaba totalmente al segundo Lan pero que llenaba de curiosidad al joven Lan JingYi quién era el más entusiasmado por este Hanguan-Jun que no se mostraba tan estoico y podría sentirse a su alrededor la calidez que en Yunmeng había.

Jiang WanYin estaba en su habitación cambiándose de ropa mientras se culpaba por mandar anticipadamente a su sobrino, quizás debió hacerle caso y permitirse ceder ante él un poco más, quizás ser menos diligente, no quería sentir ese extraño dolor, estaba abrochándose su fajín cuando unos toques en la puerta se escucharon, se apresuró a salir y lo primero que vio fue al joven Lan WangJi con los colores prístinos de Gusu Lan.

— Me han prestado estas ropas — mencionó el Lan, obviamente eran prestadas quedaban grandes a su cuerpo.

— Se nota, ve con los costureros más tarde para que las ajusten — mencionó sin emoción WanYin siguiendo por el pasillo hasta que un bullicio llamó su atención pero realmente una frase fue la que aceleró su corazón.

— Esos fueron los que estaban atacando a Jin RuLan — era la voz apresurada de Lan SiZhui.

Ambos caminaron más aprisa hasta que notaron a cuatro hombres atados y algo golpeados traían ropas de los Jin pero eran algo diferentes, menos de alta costura y más de guerra.

— Jiang Zongzhu, algunos discípulos Lan y los pocos sobrevivientes de los Jin los capturaron no los llevamos hasta adentro por la situación del joven Jin — mencionó uno de los discípulos Jiang que sostenía fuertemente las ataduras de esos hombres.

— ¿Jin ZiXun? Se suponía que estabas muerto — mencionó el joven Lan tomando el mango de su espada con fuerza.

— ¡Tú y tu maldita secta van a arder, los quemaremos a todos hasta las cenizas! — gritó uno de los atados mientras Jin ZiXun se carcajeaba.

— ¡Eres un idiota, Lan WangJi! — gritó con odio ZiXun — ¿No te das cuenta que?... Ya ganamos.

Instintivamente WanYin y WangJi de vieron y pensaron lo mismo, lo sabían, la única secta que había dado resguardo a las demás sectas era la secta Jiang.

— ¡¿De que hablas?! — mencionó Zhen Qiang muy alterado pues creía que esos traidores Jin solo decían incoherencias.

— ¿Creen que solos ustedes han cruzado esta realidad? — agregó uno de los Jin.

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