Y no pude evitar caer en el amor.
Tn, la segunda princesa del reino Champiñon, era querida y respetada por los Toad's, tenía una hermana mayor que la amaba, y un honguito hiperactivo como mejor amigo.
Lo que más anhelaba en su vida era experimentar...
Y así inicio nuestro camino hacia la isla de los Kong's, atravesando maravillosos y fascinantes lugares como el reino de arena o la isla de los Yoshi's.
—Oww, son tan lindos—dije al observar a los Yoshi's correr en manada.
Una Yoshi rosada se detuvo a observarnos, así que le sonreí y le alce mi mano para saludarla, ella alzo su patita y me devolvió el saludo, después continuo su camino con su manada.
—¿La conoces?—me preguntó Mario.
—Claro que no—negue con la cabeza—solamente quise ser amable, además las cosas tiernas y lindas son mi debilidad—admití.
—Creí que la conocías.
-—Oh no, está es la primera vez en toda mi vida que salgo del reino Champiñon.
—¿En serio?—dijo asombrado—creí que al ser una princesa podías viajar a dónde quisieras.
—Pues lamento decepcionarte bigotón, al ser una princesa tengo más responsabilidades en mi reino, además la que hace mayormente los viajes es Peach, ella es la primera princesa del reino, yo solo soy la segunda princesa—expliqué.
—Así que la vida de las princesas también es complicada—comentó.
—Un poco—le sonreí—mira—le señale una manza que estaba en un árbol—ten—rápidamente la baje y se la di—espero que las manzanas si te gusten.
—Gracias Tn—me agradeció y después le dió una mordida—esta rica.
—Por nada, ahora sigamos nuestro camino Mario—lo tome de la mano para avanzar.
Con tan solo tocarle la mano, me puse demasiado nerviosa y feliz, probablemente también estaba sonrojada.
¿Eso es lo que se siente cuando tocas a la persona que te gusta?.
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Después de un arduo camino decidimos descansar en un campo de flores de fuego.
—Bien ¿Qué es lo que quieren cenar?—nos pregunto Toad mientras armaba una pequeña parrilla improvisada.
Después de juntar todos los alimentos que el y yo teníamos, armamos una pequeña pero deliciosa cena, todo gracias a las grandes habilidades culinaras que poseía mi pequeño amigo.
—Eso estuvo delicioso—comento Mario.
—Si—lo apoyo mi hermana.
—Aunque tengo una duda, ¿Siempre cargas con ese sartén?—le pregunto Mario a Toad.
—Si—le respondió mi amigo con una sonrisa—digamos que es mi arma secreta—dijo con una voz ronca y un intento de voz intimidante que me saco una sonrisa.
—No lo creo—comento Peach riéndose.
—Pues aunque no lo crean, Toad sabe cómo convertir esa simple sartén en un arma mortal—apoye a mi amiguito.
