Falling In Love - Super Mario Bros

El rey loco.

Después de un recorrido demasiado extremo, en donde hubo velocidad destrucción y probablemente también algún accidentado, llegamos al castillo del rey Kong.

—Eso fue intenso—comente impresionada de que sigamos vivos.

—¿De que hablas? Eso fue divertido—dijo Toad extasiado.

—¡Casi sales volando hongo suicida!—le recordé.

—Pero no lo hice—me sonrió.

—Amm chicos—nos interrumpió Peach—tenemos publicó—nos señaló a la audiencia que estaba en frente de nosotros.

—¿Qué están esperando?—nos dijo un mono de avanzada edad que se encontraba en un trono.

Era nada más y nada menos que Kranky Kong.

—Acerquense—nos dijo a lo que obedecimos.

—Grande y poderoso Kranky Kong—lo alabo mi hermana y después hizo una reverencia, cosa que imite.

—Si, si—la interrumpió—escuché que buscabas mis tropas.

—Si—le contestó—ahh... Alteza, si no nos ayuda el reino Champiñon dejara de existir.

—¡¿Y por qué estás segura de que eres digna de pelear a la cabeza del mejor ejército del mundo?!—gritó.

Okay además de maniático, este mono tiene un complejo de superioridad.

—Por que tenemos coraje y con su fuerza se que podemos ganar—le respondió mi hermana.

—Okay está bien—dijo sarcástico.

—¿En serio si?—pregunto confundida.

—Obvio que no niña, la respuesta es no ya vete.

—Con todo respeto su alteza—interrumpí—si cae el reino Champiñon el reino de la jungla seguirá, no dudo que sus tropas sean fuertes, pero Bowser posee un arma que ninguno de nosotros tiene, la super estrella y todos sabemos cuan poderosa es.

El abrió la boca para decirme algo pero en ese momento Mario se aproximó y lo apunto con el dedo.

—No vamos a irnos sin que nos de sus tropas—le exigió demandante.

Se ve tan tierno de esta manera.

—Ja ja ja ja, ¿Y este quien es?—se burló de él—ay ja ja me haces reír, ¿Te crees muy rudo verdad? ¿Quieres que mis tropas los acompañen?—le dijo mientras peinaba su barba con su pie—derrota a mi hijo en el gran ring de los Kong's.

—¡¿Donkey Kong?!—pregunté emocionada.

—Exacto niña.

Había escuchado del hijo del rey, Donkey Kong, un mono gigante y carismático que podía partir barriles con sus manos, mentiría si digo que no tengo una gran curiosidad por conocerlo.

—Denos un segundo—le dijo Peach y tomo Mario de los hombros—¡¿Qué crees que estás haciendo?! Es una pésima, pésima idea.

—¿Tienes otra idea para salvar a mi hermano?—le preguntó.

—Peach yo creo que Mario podrá hacerlo—lo apoye—entreno muy duro todo este tiempo, deja que el pruebe sus habilidades.

—¿Ya acabaron de murmurar?.

—¡Ahhh!—solte un pequeño grito por la abrupta interrupción de Kranky Kong, que quién sabe cómo llego rápida y sigilosamente a nuestro lado

—Es muy grosero—nos dijo burlón.

—Tambien es grosero asustar de esa forma a las personas—lo contraataque, el solamente sonrió de lado.

—Usted gana—le dijo Mario—tenemos un trato combatire a su hijo y voy a ganar.